Letra, música e intérprete: Armando Rosas.
Disco: Habrá tiempo.
También grabó una versión en vivo, en el disco Payola no.
Disco: Habrá tiempo.
También grabó una versión en vivo, en el disco Payola no.
El hilo
de tus ojos cae sin fin;
dibuja,
se divierte sobre mí.
El tibio
jugueteo de tu mirar,
galopa,
me recorre sin cesar.
Bordas en mí,
se hunden en mí
tus manos frías como un puñal.
Tejes la noche,
tejes mi voz.
Tu boca es noche,
es derroche,
devoción.
Me desenredas, de un tirón,
la razón
de este amor.
La lluvia
nunca sabe qué decir;
dibuja,
se divierte sobre mí.
¿La lluvia
qué puede saber de ti?
Dejó de
lloviznar cuando te vi.
Bordas en mí,
se hunden en mí
tus manos frías como un puñal.
Tejes la noche,
tejes mi voz.
Tu boca es noche,
es derroche,
devoción.
Me desenredas, de un tirón,
la razón
de este amor.
de tus ojos cae sin fin;
dibuja,
se divierte sobre mí.
El tibio
jugueteo de tu mirar,
galopa,
me recorre sin cesar.
Bordas en mí,
se hunden en mí
tus manos frías como un puñal.
Tejes la noche,
tejes mi voz.
Tu boca es noche,
es derroche,
devoción.
Me desenredas, de un tirón,
la razón
de este amor.
La lluvia
nunca sabe qué decir;
dibuja,
se divierte sobre mí.
¿La lluvia
qué puede saber de ti?
Dejó de
lloviznar cuando te vi.
Bordas en mí,
se hunden en mí
tus manos frías como un puñal.
Tejes la noche,
tejes mi voz.
Tu boca es noche,
es derroche,
devoción.
Me desenredas, de un tirón,
la razón
de este amor.
Hemos señalado la enorme ventaja que tienen los rockeros que además son poetas profesionales, como Jaime Moreno Villarreal, Fabio Morábito, los hermanos Gerardo y Jorge Meneses de Lucerna Diogenis, Eduardo Langagne, Agustín Aguilar de Mamá-Z, etc., en la parte letrística de las canciones. Pero esa misma ventaja, sólo que del lado musical, la tienen los que poseen estudios profesionales en música, como Guillermo Briseño. Como podemos ver, paradójicamente el segundo caso muestra menos ejemplos, cuando uno podría imaginar que la parte musical de alguna manera es la medular. Pero en realidad no es tan inexplicable, dado el carácter popular que todavía define al rock (la mayoría de los músicos profesionales se van a la música clásica o al jazz), así que en él la formación mal llamada lírica o autodidacta impera aún. Pero además de Briseño, existe otro caso, quizá el más notable: Armando Rosas, egresado de un Conservatorio profesional (no recuerdo si el Conservatorio Nacional, la Escuela Nacional o la Escuela Superior de Música), en guitarra clásica, pero obviamente con ramos de Composición, Teoría musical, Contrapunto, Armonía, etc. De esta manera, la creación musical, pero sobre todo los arreglos, suelen ser elaborados, ambiciosos y extraordinariamente precisos en la obra de Armando Rosas, tanto con La Camerata Rupestre, como en su posterior carrera solista.
En Tu boca, Rosas entrega una canción de amor, minimalista, cálida, al estilo de la ya revisada María de mis alquimias, y también de Mariposa, ambas de Guillermo Briseño, pero aún más concisa y tenue. Al igual que las canciones citadas, Tu boca se limita a repasar pequeños fragmentos del cuerpo, y aun del alma, de la mujer amada, como una versión mucho más reducida, tierna y poéticamente contenida del poema Mi mujer de André Breton. Sin demasiadas pretensiones, el espíritu de Tu boca es inversamente proporcional al del poema total de Breton: no se trata de abarcar a la mujer, sino de señalar, casi humildemente, cuánto poder emocional encierran los detalles pequeños, toda su significación silenciosa: la boca, la mirada, las manos, los ojos, todos símbolos de esa otredad indescifrable que es la mujer, como vimos al analizar Semillas de girasol de Alejandro Pérez-Sáez. Así, lo que corresponde literariamente para tal fin es justo lo que escoge Armando Rosas: imágenes poéticas más bien transparentes, quizá de corto alcance estilístico, pero conmovedoras, sensibles, de belleza prudente, discreta, lo que hace sentir el arrobamiento del autor ante ese enigma femenino de belleza inaprensible, huidiza a razonamientos y límites lógicos. Por eso hablo de cierta humildad, de sensación de pequeñez, de rendición ante ese otro tan diferente, tan inexplicable. Así, Tu boca es una canción de amor desde cierta distancia, contemplativa, a pesar de que el autor está inmerso emocionalmente. Esa distancia, mínima, esa pausa para agradecer mentalmente (pero también estremecerse) la fortuna de ser testigo y prisionero, es la auténtica esencia de la canción.
Por otro lado, tal como dije, la ventaja que le da la formación musical de Armando Rosas suele notarse, y la música y el arreglo de Tu boca son un claro ejemplo. Si la letra es relativamente sencilla, la música es simplemente extraordinaria. Al más puro estilo del rock sinfónico, la melodía de la rola es cadenciosa, elevada. Rosas incorpora distintos músicos, en piano, sax alto, teclados con sonido de cuerdas y alientos, y hasta el infaltable palo de lluvia, esa percusión dulce y atmosférica, para imprimirle a la melodía una calidez realmente conmovedora. La estructura la da la reconocible guitarra acústica de concierto de Rosas, en un arpegio de acordes descendentes en semitonos, desde la tónica menor, lo que crea una sensación profundamente melancólica. La preponderancia de los instrumentos acústicos de concierto crea un arreglo de inigualable belleza, que algo recuerda a Ruby Tuesday de los Rolling Stones (excepto por la parte eléctrica que remarca la batería), pero sobre todo a Lalena de Donovan. Dichos instrumentos, al ser más adecuados para el control de la intensidad sonora, entran y salen en el arreglo de Tu boca, se distancian y se unen con un cuidado excepcional. Y los estribillos, en que la guitarra vuelve a quedarse sola con el palo de lluvia y la muy bien modulada voz de Armando Rosas, forman una pausa, una pequeña caída (correspondiente al momento de mayor humildad) muy conmovedora, antes de que el arreglo crezca nuevamente y desate la figura musical principal.
De este modo, Tu boca es realmente prodigiosa, para mí el mejor arreglo en la historia del rock sinfónico hecho en México. Una canción de amor y melancolía, extraordinaria, culta y elevada como hay pocas, de una sensibilidad y ternura incomparables. Una obra maestra del rock mexicano.
En Tu boca, Rosas entrega una canción de amor, minimalista, cálida, al estilo de la ya revisada María de mis alquimias, y también de Mariposa, ambas de Guillermo Briseño, pero aún más concisa y tenue. Al igual que las canciones citadas, Tu boca se limita a repasar pequeños fragmentos del cuerpo, y aun del alma, de la mujer amada, como una versión mucho más reducida, tierna y poéticamente contenida del poema Mi mujer de André Breton. Sin demasiadas pretensiones, el espíritu de Tu boca es inversamente proporcional al del poema total de Breton: no se trata de abarcar a la mujer, sino de señalar, casi humildemente, cuánto poder emocional encierran los detalles pequeños, toda su significación silenciosa: la boca, la mirada, las manos, los ojos, todos símbolos de esa otredad indescifrable que es la mujer, como vimos al analizar Semillas de girasol de Alejandro Pérez-Sáez. Así, lo que corresponde literariamente para tal fin es justo lo que escoge Armando Rosas: imágenes poéticas más bien transparentes, quizá de corto alcance estilístico, pero conmovedoras, sensibles, de belleza prudente, discreta, lo que hace sentir el arrobamiento del autor ante ese enigma femenino de belleza inaprensible, huidiza a razonamientos y límites lógicos. Por eso hablo de cierta humildad, de sensación de pequeñez, de rendición ante ese otro tan diferente, tan inexplicable. Así, Tu boca es una canción de amor desde cierta distancia, contemplativa, a pesar de que el autor está inmerso emocionalmente. Esa distancia, mínima, esa pausa para agradecer mentalmente (pero también estremecerse) la fortuna de ser testigo y prisionero, es la auténtica esencia de la canción.
Por otro lado, tal como dije, la ventaja que le da la formación musical de Armando Rosas suele notarse, y la música y el arreglo de Tu boca son un claro ejemplo. Si la letra es relativamente sencilla, la música es simplemente extraordinaria. Al más puro estilo del rock sinfónico, la melodía de la rola es cadenciosa, elevada. Rosas incorpora distintos músicos, en piano, sax alto, teclados con sonido de cuerdas y alientos, y hasta el infaltable palo de lluvia, esa percusión dulce y atmosférica, para imprimirle a la melodía una calidez realmente conmovedora. La estructura la da la reconocible guitarra acústica de concierto de Rosas, en un arpegio de acordes descendentes en semitonos, desde la tónica menor, lo que crea una sensación profundamente melancólica. La preponderancia de los instrumentos acústicos de concierto crea un arreglo de inigualable belleza, que algo recuerda a Ruby Tuesday de los Rolling Stones (excepto por la parte eléctrica que remarca la batería), pero sobre todo a Lalena de Donovan. Dichos instrumentos, al ser más adecuados para el control de la intensidad sonora, entran y salen en el arreglo de Tu boca, se distancian y se unen con un cuidado excepcional. Y los estribillos, en que la guitarra vuelve a quedarse sola con el palo de lluvia y la muy bien modulada voz de Armando Rosas, forman una pausa, una pequeña caída (correspondiente al momento de mayor humildad) muy conmovedora, antes de que el arreglo crezca nuevamente y desate la figura musical principal.
De este modo, Tu boca es realmente prodigiosa, para mí el mejor arreglo en la historia del rock sinfónico hecho en México. Una canción de amor y melancolía, extraordinaria, culta y elevada como hay pocas, de una sensibilidad y ternura incomparables. Una obra maestra del rock mexicano.
De acuerdo, al margen de las letras de calidad o no, las estructuras musicales que elabora Rosas, son únicas en el rock nacional.
ResponderEliminarPara canciones dedicadas a la boca, "Ensayo de una boca" de Fernando Delgadillo, es insuperable, yo la pondría en cualquier antología.
ResponderEliminarAunque yo siento que, pese al título, la rola no se centra en la boca, sino en una suma, pequeña, eso sí, de elementos físicos de la persona amada. En ese sentido, Rosas ensayó después una canción más "fetichista" sobre la boca: "La balada del pez".
ResponderEliminarEn cuanto a la canción de Delgadillo, a pesar del bonus track suyo incluido en esta lista, es claro que pertenece plenamente a la trova, así que por eso no cabía aquí.
Y por cierto, otra rola trovadoresca sobre el tema es "Nada sabe tan dulce como tu boca" de Victor Manuel.
yo creo que otro que tiene estudios superiores enla musica es nuestro amigo el piguino elemental,de otra manera no se puede explicar como puede describirnos tan bellamente esta canción que a mi en lo personal cada que la escucho me llena de imagenes melancolicas y me pasá como con la letra de alma de tabique de jaime lópez que no quiero que termine pero en este caso lo que quiero que continue es la musica.por cierto hace poco vi a armando en el teatro de la ciudad e interpreto esta rola con el maestro óscar chávez
ResponderEliminarGracias por las palabras, estimado Simón. En la PRESENTACIÓN del blog explico ambas formaciones profesionales, musical y literaria. Sinceramente sin ellas, no me habría atrevido a publicar un blog como este, porque sostengo que la auténtica crítica profesional (que no es lo mismo que la opinión libre) requiere una rigurosa formación teórica sobre los temas, para poder efectuar el análisis, que es obligado paso previo para la valoración y la crítica.
ResponderEliminarUn gran saludo.
Mi buen Pingüino, ya estas!!
ResponderEliminar“la fortuna de ser testigo y prisionero, es la auténtica esencia de la canción”
guau!! Chales!! si tu también debes tener algunas muy buenas canciones, única tu narrativa, y la rola ahora mismo la estoy disfrutando con un absolut, esta de poca!! en general todo lo que hace este valedor del Armando Rosas, no será familiar del Ivan Rosas?
Desde mi compu con las rolas del Armando Rosas, Saluuuud!!
Salud, estimado Margarito, gracias por las palabras. Y sí, estoy aquí de vuelta. Una disculpa por el colgón, pero viajes de chamba seguidos y agotadores me han impedido publicar nuevos posts, y hasta contestar los comentarios... Pero parece que al fin tendré un poco de tiempo de nuevo, así que ya vendrán los análisis que quedaron suspendidos...
ResponderEliminarBueno, aclaro que Iván y Armando Rosas no tienen parentesco, al menos hasta donde yo sé...
Un abrazo.
Musicalmente percibo un guiño a Lucìa de Serrat, la instrumentaciòn es muy rica y la letra muy clavada. He tenido oportunidad de oir a Armando ùnicamente con su guitarra acùstica cantar esta rola, y es emotiva, escalofriante la intensidad con que se desarrolla la canciòn.
ResponderEliminarDe mis favoritas.
Ismael Monroy
Buen apunte, estimado Ismael. A mí ya no me tocó ver en vivo a Armando de solista, porque me fui del DF. Sí lo vi varias veces con la Camerata. Imagino el agasajo que debe ser esta rola a pura guitarra, por la complejidad de sus acordes de música clásica, aunque sin duda este arreglo es de lo mejor que se ha hecho en México.
ResponderEliminarMuchos saludos.