jueves, 27 de mayo de 2010

56. ELLA

Letra, música e intérprete: Carlos Arellano.
Disco: El baile de las cosas.
También existe una versión de
Nina Galindo, en su disco Antes del toque de queda.


Ella amaneció de nuevo sola.
Sola, acarició los restos de un amor.
Un amor atravesado,
amarrado a su corazón,
mas lo cierto era que mucho
de ese amor confuso
se lo imaginó.

Ella deslizó su mano tibia.
Tibia, descubrió esa zona oscura de su piel.
Con la piel en el engaño,
dijo: “esta mano es la de él”,
y enredada en sus suspiros,
casi sin sentido,
quiso tener fe.

Ella, un corazón que naufragó.
Ella, un “sí” que nadie escuchó.
Ella, un sol apagado,
una luna de lado
ella es.

Ella se miró despacio al espejo.
El espejo una tristeza le devolvió.
Ella devolvió esa mueca,
y con sonrisas la cubrió,
pero fue sólo un instante
que ese rostro de antes
se le reflejó.

Ella renegó de su mala suerte.
“¡Suerte perra!”, dijo, “¡la que me tocó!”.
Se tocó entre los dos senos,
dijo: “¿para qué este corazón?,
¿para quién estos latidos,
este amor urgido?,
¿para quién soy yo?”.

Ella, un corazón que naufragó.
Ella, un “sí” que nadie escuchó.
Ella, un sol apagado,
una luna de lado
ella es.


El tema de la soledad aparece una vez más en el rock mexicano. Como en la ya revisada ¿Qué vas a hacer? de Iván Rosas o en Las mujeres solas lo hacen de Jaime Moreno Villarreal, en Ella de Carlos Arellano es la soledad femenina la que se retrata. Como una nueva Eleanor Rigby de los Beatles, la protagonista de Ella está condenada a no ser para nadie, a no compartir lo que es, a no ser vista ni valorada de ningún modo. Carlos Arellano es un especialista de la canción emotiva, como lo muestran rolas como Platícame para un enfermo de SIDA, María Eugenia para la amiga abandonada o Ella lo ama, él también, sobre el amor en la vejez. Pero Arellano nunca cae en facilismos ni en cursilerías: escribe siempre desde la honestidad, desde la confidencia y la comprensión de la otredad. Y como debe ser, siempre preocupado por la calidad literaria de sus letras, porque comprende que la emoción no es pretexto para el descuido de la forma, y que la obra artística nunca será sólo un medio de expresión, como opinan los que no se exigen un nivel mayor y escriben para la banda, sino un fin en sí mismo, y que su único compromiso es con la calidad del material.
La figura retórica que sustenta a Ella es la concatenación en los primeros tres versos de cada estrofa, aunque en el estribillo la sustituye por la anáfora. Si bien ambos recursos estilísticos no se siguen de manera absoluta (sigue siendo una letra de canción, no un poema, así que hay mayor libertad), con ello podemos ver que el interés por la emoción no se contradice con el cuidado formal, con la propuesta poética, pues en otras canciones Carlos Arellano ensaya diferentes fórmulas.
Un mérito adicional en Ella es el intento de comprender la psicología femenina. La sensibilidad de Carlos hace que lo consiga perfectamente, lo cual no es fácil, porque no basta tratar el tema y luego elegir un personaje femenino, sino hay que analizar la reacción propia de la mujer ante la soledad. Es claro que el resultado puede ser discutible, y que cada vez queda más obsoleto eso de “lo femenino” y “lo masculino”; sin embargo, lo que aún quede de esa división cultural de roles, Arellano lo explora, y el resultado es, al menos, verosímil. En todo caso, y quizá para no arriesgarse al error, igual escoge una protagonista, pero vista desde un narrador omnisciente, y por tanto, sin género.
La música de Ella es dulce, tal como sugiere la letra. Con la participación de Eblén Macari en el requinteo de guitarra acústica y los sintetizadores, el arreglo se enriquece, pese a cierta rigidez de la figura principal. La guitarra rítmica de Arellano desarrolla con destreza el ritmo casi de vals de la canción, que recuerda un poco a Piano man de Billy Joel, pero con ritmo más lento y cambios más espaciados entre los acordes. Así, el compás de ¾ de la pieza hace que letra y música se deslicen, en una cadencia triste, pero suave, que conmueve profundamente.

6 comentarios:

  1. Hola!

    Soy gran admiradora de esta canción, sin embargo sólo conozco la versión de Nina, lamentablemente no se puede escuchar la versión del compositor que ofreces en tu página. Me encantaría poder oirla. Muchas gracias!
    Angeles.

    Dejo mi mail, por si quieres avisarme.
    angis12@hotmail.com

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  2. Estimada Ángeles:


    Muchas gracias por tu visita y comentario. Acabo de revisar la canción, y sí se escucha. Lo que tienes que hacer, en este caso, como para cualquier otra canción del blog, es oprimir el triángulo de "Play" del reproductor, y comenzará a sonar (de hecho, en este momento que te escribo la estoy escuchando). Si por algún motivo no resultara, basta con intentarlo de nuevo.

    Avísame si te resulta o no, por favor.

    Gracias de nuevo, y ojalá sigas aportando tus comentarios.

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  3. Hola Pingüino, supongo que por suerte, era una falla momentánea, ya pude escuchar, muchas gracias por la atención. Aprovecho también para invitarte a escuchar mi música en
    www.angelespachecocruz.com
    www.myspace.com/angelespachecocruz

    Quizá me atreva hacer un arreglo de ELLA. A ver si sale...
    Saludos!

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  4. Gracias por la invitación y por comprtir tu música, Ángeles. Aquí quedan tus links para que también otros puedan visitar tus páginas. Mucha suerte.

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  5. Efectivamente estimado Pingüino, una soledad que duele y una necesidad por la persona amada, una rolita muy melancólica, y si da la impresión de ser una persona mayor a quien el amor ya no la encontró,pero aun suspira por el, excelente canción del Buen Arellano y como comentas “María Eugenia” que viene en el mismo disco, parece ser con la que le da una palmada en la espalda a “ELLA”. Aquí la dejo para quien no la conozca. http://www.megaupload.com/?d=M6WD4WOO

    “Maria Eugenia”
    Oye Maria Eugenia ven tantito
    te quiero confesar me cae te felicito,
    vaya escombrada le diste al corazón
    de esta sales nueva sin huellas del raspón
    deberás que ahora luces estupenda
    será la soltería que te asienta
    no dudo que en un rato
    “un clavo que saque al otro clavo”
    te ensarte el corazón.

    Oye María Eugenia bien que llores
    con esta enjuagadita, seguro te repones,
    repuesta y seductora reviviendo la emoción
    diciendo en que trabajas,
    cual es tu intención
    deberás que ya se nos hace tarde
    por verte igual de loca y desbordante,
    seguro que algún gato estará husmeando tu tejado
    para darte el encontrón.

    Oye Maria Eugenia por favor
    apurará a repara tu humano y roto corazón,
    quiero verte ya llena las manos,
    haciendo tus desmadres, repartiendo tus regalos
    no quiero que terminen tus sorpresas
    recuerda que la navidad se acerca
    no olvides somos hartos
    y todos queremos
    un pedazo de tu corazón.

    Excelente canción, saludos

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  6. Buen aporte, estimado Margarito. Sólo 2 correcciones a tu transcripción de "María Eugenia". En lugar del par de "deberás", debe ir "de veras", es decir, de verdad, realmente. Y también en lugar de "apurará a repara tu humano y roto corazón", debe ir "apura a reparar tu manirroto corazón". Esto último con el sentido metafórico de corazón demasiado entregado, que no se cuida ni un poco, que derrocha afecto sin resguardarse, algo que uno suele señalarle a los amigos para que no los lastimen, pero que, paradójicamente, es quizá el rasgo que nos hace quererlos tanto...
    Muchos saludos.

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