domingo, 23 de mayo de 2010

42. SÓLO ESTÁN JUGANDO A MATARTE

Letra, música e intérprete: Arturo Meza.
Disco: 70 centavos.



“¿Qué te tomas, chaparrita?”,
gritan Pedro, Juan y Tiburcio.
Hey, nena, no te enojes:
sólo están borrachos, nena,
no se irán sin pagarte la cuenta.

Ya no hay marinos, ya no hay quijotes locos.
En la costa ya nadie pregunta por ti.
Tu hermano menor se fue de bracero;
tu abuela se fue más lejos,
a un lugar que llaman cementerio.

Hey, nena, ya no sirves,
no puedes quedarte aquí.
Hey, nena, no te espantes:
sólo están jugando, nena,
sólo están jugando a matarte.

La sinfonola está amargada,
la güera está muy briaga.
Si no encuentras la salida,
será porque no hay tal puerta.

Las noches son densas para contarlas.
Si lo matas, te suicidas.
Si te paras en la esquina,
te vas a sentir más mal.

Hey, nena, en tu cuarto
hay un Cristo roto, nena.
Hey, nena, no te mueres:
sólo estás pariendo, nena,
un crucifijo de carne,
un crucifijo de carne, oh Dios.


La gama de estados de ánimo que cubren las canciones de Arturo Meza es muy amplia. Ya lo señalamos respecto a sus distintos estilos musicales, pero otro tanto ocurre con el estilo de sus letras. Meza pasa del franco optimismo de Un poco de música en tu corazón o Debe haber un lugar al desamor melancólico de Flor de canto de primavera, o de la canción religiosa o mística en Jhasua o La sentencia a la canción “maldita” como Pandilla de carniceros, En tierra de hipócritas o Un tipo solitario. Justamente a esta última categoría pertenece Sólo están jugando a matarte. Y es quizá la muestra más extrema. Si señalamos la influencia de los poetas malditos en José Cruz de Real de Catorce, Arturo Meza también explora las zonas oscuras del ser humano, con una voz propia, por momentos más radical. Sus críticas a la Iglesia y al Papa en Pandilla de carniceros, a la derecha y la extrema izquierda en Un tipo solitario, a los Estados Unidos en Policía del mundo o a los mismos rockeros (con quienes nunca se ha querido identificar) en El blues del rocanrol y una frase en Lenguas viperinas, suelen tener un tono más directo, que recuerdan más a Françoise Villon y a Bukowski que a los poetas malditos franceses. Sin embrago, en Sólo están jugando a matarte escoge la alusión, y no tanto la blasfemia o la injuria, claras y efectivas, pero generalmente menos poéticas. Es decir, conserva la esencia maldita de su fondo, pero trabaja de manera diferente la forma. Alguien podría interpretar que el impacto emocional disminuye por esta decisión; sin embargo, la gran fuerza de ciertas imágenes bien escogidas atizan el fuego maldito, y el impacto se logra igual. Esto demuestra que una sola línea estilística golpea de manera directa, pero no en mayor grado que una más amplia, mixta, si se cuidan los momentos en que aparece una figura más potente, precisa (como “sólo estás pariendo, nena, un crucifijo de carne”), para volver a distraer al lector con una frase o figura retórica más oscura, con mayor elipsis (como “las noches son densas para contarlas”). Esto recuerda la teoría literaria de los distractores y la línea de tensión, que explica Guillermo Samperio en Después apareció una nave. Así, graduando la transparencia y la opacidad del estilo, el escucha vive los vaivenes de la tensión narrativa (o lírica, como en este caso), y se hace partícipe, elemento más activo, lo que enriquece completamente la obra de arte, y por lo tanto, también al que la disfruta. Justamente por eso, Sólo están jugando a matarte es una canción maldita más lograda que las otras, pues su riqueza formal, y por tanto, poética, es mayor.
El tema de esta canción es la marginalidad, algo que Meza ya tocó en 70 centavos o Para un compa, pero ahora vista desde el lado femenino. Como en la película de Arcady Boytler, la falta de oportunidades para La mujer del puerto condena su horizonte al abuso, la prostitución, el alcoholismo o la maternidad no deseada. La ironía del título, que recuerda el cuadro Unos cuantos piquetitos de Frida Kahlo, subraya la gran amargura de esta condición, de estos seres marginales costeños, relegados. Si Para un compa y 70 centavos recuerdan la marginación urbana de Los olvidados de Luis Buñuel, el ambiente de Sólo están jugando a matarte, un submundo de calor aplastante, de humedad fétida a pescado y sueños en descomposición, se asemeja al del cuento Dormir en tierra de José Revueltas. Pero lo extraordinario de esta canción de Arturo Meza es la precisión, la concisión de sus palabras y frases, cuánto logran decir sólo aludiendo, cómo recrean ese rincón maldito, perdido, y toda la desesperanza de la mujer nativa, condenada a ese espacio de ahogo y miseria. La rola concluye con una frase que recuerda el último verso del poema Caín y Abel de Baudelaire (“raza de Caín, sube al cielo y arroja a Dios sobre la Tierra…”), intensamente dramática: “sólo estás pariendo, nena, un crucifijo de carne”. Es decir, si ese hijo no se aborta (también hay similitudes con el poema María la sirvienta de Juan Gelman), sólo podrá ser objeto de sacrificio ante una realidad de tal naturaleza, de tal fracaso. La sordidez plena, hecha poesía.
La música de Sólo están jugando a matarte es también intensa. En otro post señalé cierto conformismo de Meza en algunas melodías, limitadas a determinados círculos de acordes, más bien elementales. Pero en esta canción su guitarra electroacústica sostiene toda la rola, arriesgándose con acordes complejos, aumentados muy agudos y sonidos en los últimos trastes de la guitarra. En el disco 70 centavos, al que pertenece esta canción, Arturo tiene como invitados a dos de los mejores tecladistas de rock progresivo instrumental y experimental en México: José Luis Almeida y José Luis Fernández Ledesma (en otro disco participó el otro grande del sintetizador: Eblén Macari). Además, también participa en otro teclado Jaime Moreno Villarreal. No se menciona quién toca en cada pieza, pero todo el disco posee esa riqueza musical, esa amplitud sonora, ampliada por el bajo de Jorge Rosell, bajista habitual de Briseño, y si no me equivoco, hermano de Hebe Rosell. La melodía, algo exótica, adecuadamente densa para coincidir con la letra, posee el mérito del cambio de velocidad al final, más lento, además del extraordinario saxofón del Blu, que adorna el intermedio y el final de la canción. La voz de Meza comparte la atmósfera espesa de la rola, se arriesga a cierto sonido etílico, para representar el personaje marginado que le habla a la mujer protagonista. Lo consigue, evita la caricatura, que era el riesgo mayor.
En resumen, Sólo están jugando a matarte es una canción que demuestra lo que alcanza Arturo Meza cuando se exige más, cuando prueba más la elipsis que la explicación o el lenguaje directo, cuando persigue más la innovación poética que el mensaje o la crítica. En esta rola se ve claramente que el fondo permanece, de modo que la parte crítica cumple su función igual, así que la exigencia formal sólo enriquecerá lo que de todos modos se consigue. Cuando Meza logra aceptar esto, podemos ver que surge una rola de verdadero alto calibre.

4 comentarios:

  1. Magnifica tu narración a esta canción mi buen Pingüino a mi me causa una especie de opresión, desesperación, porque esto que canta Meza es real, el esta en esa cantina en una mesa, ve y escucha lo que pasa y lo escribe tal cual, otra canción del Meza que me hace sentir algo similar es la de “tu ya no estas”,
    Hay una tumba abierta en tus entrañas
    No tienes recuerdos nena
    Sólo una distancia que te cubre toda la piel
    Toda la piel
    Era una noche tibia cuando pasabas por el parque
    Parecían muchedumbre aunque eran tres
    Te subieron a su coche
    La jefa espera en la ventana
    Ya son más de las diez
    Qué tamaño tiene tu cuerpo que cabe todo el infierno
    Qué tamaño tiene tu cuerpo que cabe todo el infierno
    Todo menos tú, menos tu
    La noche pasa lenta
    Parece muerta la ciudad
    Los autos no hacen ruido
    Tienes un desierto en el cerebro
    No puedes pensar
    No puedes pensar

    Grandioso!! Saludos!!

    ResponderEliminar
  2. Cierto, estimado Margarito, crea esa sensación, aunque lo genial es que al mismo tiempo uno se impacta por sus logros formales, su gran ambición poética y musical. De lo mejor de Meza, sin duda...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Buen día, solo quiero hacer una pequeña observacion a la letra, donde dice "la sinfonola esta marcada" lo correcto es "amargada"
    Te felicito por este maravilloso trabajo
    saludos

    ResponderEliminar
  4. Tienes razón, estimado Anónimo, te agradezco mucho la corrección, ya lo arreglé. Lo peor es que siempre la canto con la letra correcta, fue un lapsus al transcribirla, que no había notado en todo este tiempo.
    Muchas gracias también por la felicitación y el interés. Espero que sigas aportando tus comentarios en estos espacios. Y si puedes, que escojas algún sobrenombre, sólo para reconocerte entre otros Anónimos.
    Muchos saludos.

    ResponderEliminar