Letra, música e intérprete: Rafael Catana.
Disco: Polvo de ángel.
Disco: Polvo de ángel.
Ella se desnuda como una ola,
mientras el radio suena,
y mi cuarto parece porche,
estacionamiento de corazones
en donde cruza el amor.
Ella se desnuda, y yo soy una rocola,
un camino de polvo,
Pedro Infante de pelo largo,
y el radio suena.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
No llores muchacho, no llores.
No lloren muchachos, no lloren.
Tal vez, atrapado en la sombra,
ella se vaya sin avisar.
Aquí no es la terminal:
es el camino de la vida y de la muerte,
la muerte en la ciudad.
Ella se desnuda, y yo soy una rocola,
un camino de polvo,
Pedro Infante de pelo largo,
y el radio suena.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
mientras el radio suena,
y mi cuarto parece porche,
estacionamiento de corazones
en donde cruza el amor.
Ella se desnuda, y yo soy una rocola,
un camino de polvo,
Pedro Infante de pelo largo,
y el radio suena.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
No llores muchacho, no llores.
No lloren muchachos, no lloren.
Tal vez, atrapado en la sombra,
ella se vaya sin avisar.
Aquí no es la terminal:
es el camino de la vida y de la muerte,
la muerte en la ciudad.
Ella se desnuda, y yo soy una rocola,
un camino de polvo,
Pedro Infante de pelo largo,
y el radio suena.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
Sólo la lluvia, la lluvia
en la ciudad.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
No llores muchacho, no llores.
En esta balada-rock Rafael Catana, uno de los mejores letristas mexicanos, nos da su propia visión del rompimiento amoroso. A pesar de su coincidencia en la marginación, pues da la impresión que la pareja forma parte de la juventud más contracultural, las diferencias propias de los géneros ante la cultura imperante llevarán a la separación final. No obstante, no se explica demasiado la causa; sólo se sugiere, y la letra se centra en que, si en pareja cuesta resistir los embates de la deshumanización citadina reinante, a solas todo empeora. Ahora habrá que seguir llorando, pero solos. Como siempre, Catana maneja impecablemente la elipsis, y es a través de los indicios que podemos encontrar la plenitud del significado y la riqueza poética de la rola, porque sabe ocultar cuidadosamente su trasfondo, para no obviarlo. En Sólo la lluvia es a través del retrato de la pareja primero, pero sobre todo del protagonista después, que podemos entender su contexto, sin que se nos tenga que decir plenamente, gracias al control de los indicios del autor. Con gran sabiduría, Catana maneja este estilo bien graduado, contenido, para elevar la belleza poética de la canción. La frase “aquí no es la terminal: es el camino de la vida y de la muerte”, funciona casi como moraleja, la tabla reflexiva para los náufragos del amor, que tan acertadamente analizó Jaime Sabines en su famoso poema Los amorosos. De esta manera, Rafael Catana nos entrega en Sólo la lluvia una rola muy sensible, para añorar a la mujer perdida con la luz apagada del cuarto al alba, porque todo rockero mexicano es justo lo que dice, al menos interiormente: un “Pedro Infante de pelo largo”, sufriente, trágico y entregado, aunque sea por distorsión idiosincrásica.
Como en toda balada-rock, la melodía de Sólo la lluvia es cálida y sin muchas ambiciones, pero la voz rasposa de Catana, más el requinto profundo de José Luis Domínguez (guitarrista de Cecilia Toussaint desde el grupo Arpía) le dan ese toque rocanrolero que perfila a los personajes como miembros de la subcultura urbana. El final en fade-out de la letra, repitiendo una y otra vez “no llores, muchacho, no llores”, desvaneciéndose hasta dejar solos a los instrumentos, magnifica la melancolía del tema, para cerrar el círculo de la catarsis, como una analogía del amor que se va, que se ha perdido para siempre.
Como en toda balada-rock, la melodía de Sólo la lluvia es cálida y sin muchas ambiciones, pero la voz rasposa de Catana, más el requinto profundo de José Luis Domínguez (guitarrista de Cecilia Toussaint desde el grupo Arpía) le dan ese toque rocanrolero que perfila a los personajes como miembros de la subcultura urbana. El final en fade-out de la letra, repitiendo una y otra vez “no llores, muchacho, no llores”, desvaneciéndose hasta dejar solos a los instrumentos, magnifica la melancolía del tema, para cerrar el círculo de la catarsis, como una analogía del amor que se va, que se ha perdido para siempre.
UFF!! Estimado Pingüino, te volaste la barda con esta canción, rolota muy melancólica, y creo que “Barrio Logan” es su continuación, aquí la pongo en su versión acústica que salió en el compacto como bonus track http://www.megaupload.com/?d=4X96XL62 , he aquí!!:
ResponderEliminarPor la ventana del tren
se mete el sol
y ella desnuda entre las vías
de esta población
hay un carnal rondando la cuadra
con un sombrero que agarra
la luna entre los cuernos
y la dibuja en la pared
y esa mujer corre las vías
ese es su secreto con melancolía
hay carnal, hay carnal, la-ra-la
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
por la ventana del tren
se mira el callejón
donde los cuates se juntan y hablan de amor
hay un carnal rondando la cuadra
es un fantasma con su guitarra
cantando en la ciudad
y los secretos de amor
que tu me cuentas
y de paso le haces cuentas a mi corazón
desnuda entre las vías esta mi melancolía
y aquel, y aquel recuerdo de ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho en la azotea de mi casa
y pensando en ti
borracho, borracho
pensando, pensando
pensando, borracho
borracho, borracho, borracho
pensando, pensando
borracho, heay!!
Otro portento de canción, y el requito que suena a la mitad genial, en general como comentamos en otro post “polvo de Angel” es un discazo, en la Estación de Guanatos a duo con el Jaime Lopez es un hitazo, y “Dama en la Carretera” que analizas aquí!! No tiene abuela!!, “La Reyna” con Nina Galindo no se queda atrás y bueno…
A los que pregunta por El buen Rafael, actualmente da clases en un Bachiller que esta por la Aragón, allá me lo encontré un par de veces, ya que ahí estudio una de mis hijas.
Y como gritara el Alex lora, “que viva el rock and rooooll”!!
Mil gracias, amigo Margarito, y coincido plenamente en que "Polvo de ángel" es un gran disco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gran canción, Pingüino. Conozco muy poco de Rafael Catana (como de la mayoría de los artistas que presentas, la verdad, pero qué gratos descubrimentos). Ayer me puse a navegar en YouTube y me topé con "Viajaste", me gustó mucho la rolita, ¿qué te parece a ti?
ResponderEliminarTambién me gusta, amigo Daniel, pero no me parece de lo mejor de Catana. Me gusta más cuando hace rolas más complejas poéticamente hablando, y no tan narrativas. De estas últimas prefiero "La reina" o "El mago", en todo caso...
ResponderEliminarMuchos saludos.
El dolor de perder a la pareja de vida lo conoce bien Catana, y esta rola es sólo un pequeño reflejo de ese dolor. Hermosa rola.
ResponderEliminarCierto, amigo M.A.R.X., y sobre todo cuando es de manera tan trágica y absurda como le sucedió a él. Y ciertamente en mi análisis me centro en la pérdida por ruptura, pero cabe perfectamente la pérdida por muerte. En todo caso, el factor común es la pérdida de la relación amorosa, centro de la rola.
ResponderEliminarUn abrazo.