lunes, 24 de mayo de 2010

46. A MUERTE

Letra: Alain Derbez.
Música: Armando Rosas.
Intérprete: Armando Rosas y La Camerata Rupestre.
Disco: La evolución de las especies.



Soy inquisidor
de la existencia,
y con eso niego
la experiencia,
niego vida y arte,
niego la ciencia.

Soy educación,
soy un sistema, sí,
un muchacho lindo,
bien educado,
que deja morir
todo a su lado.

Soy la negación
de lo negado,
soy engaño vil,
soy engañado,
y no estoy
avergonzado.

Soy la negación
de lo negado,
soy engaño vil,
soy engañado,
y no estoy
avergonzado.

Soy inquisidor
de la existencia,
y con eso niego, ¡ay!,
la experiencia,
niego vida y arte,
niego la ciencia.

Soy educación,
soy un sistema, sí,
un muchacho lindo,
bien, bien, bien educado,
que deja morir
todo a su lado.

Soy la negación
de lo negado,
soy engaño vil,
soy engañado,
y no estoy
avergonzado.

Soy la negación
de lo negado,
soy engaño vil,
soy engañado,
y no estoy
avergonzado.

Ya expliqué el motivo por el que decidí dejar fuera de esta lista las canciones que en realidad son musicalizaciones de poemas. A muerte pareciera este mismo caso, pero Alain Derbez no sólo es escritor, sino también músico, un saxofonista de jazz, en grupos como La cocina y otros por ahí. Por ello, en realidad se trata de una obra escrita entre dos personas que tomaron contacto directo, y no una musicalización a la distancia, física o temporal. Por si eso fuera poco, para quienes conocen la obra poética de Alain Derbez queda claro que aquí no se trata de un poema, sino de una verdadera letra de canción. Si bien la segunda es una variante del primero, sí hay diferencias importantes. Pese a que un poema puede ser musicalizado, por poseer un ritmo, y en muchos casos una métrica regular, su finalidad no es estrictamente musical. Por eso, un poema en versos libres requerirá no sólo un esfuerzo titánico si se musicaliza, sino que seguramente el resultado sonará forzado, inconexo con la melodía. La letra de canción, en cambio, está pensada para insertarse en una música que la enriquezca y redefina; por ello, se permite más licencias métricas, rítmicas y hasta gramaticales, pero al mismo tiempo requiere una regularidad suficiente para aceptar una estructura musical más o menos reconocible. Así, basta comparar un poema de Alain Derbez con esta letra de canción para notar las diferencias, y es por esto que puede aparecer en esta lista. Por poner un solo ejemplo, las rimas fáciles de A muerte, es decir, hechas con verbos (en este caso, participios), toleradas en una letra de canción (aunque un compositor también puede ser exigente con ello y evitarlas), serían impensables en un poema medianamente digno, y eso lo saben Derbez y cualquier poeta auténtico.
A muerte es una especie de manifiesto, de ideario. Es decir, más que un autorretrato, es una advertencia: “soy así, soy todo esto, ustedes sabrán cómo lo toman”. Tiene algo de desafío, una necesidad de afirmarse ante los demás. Parece seguir la línea de John Lennon, cuando dice: “nada va a cambiar mi mundo”. Entonces, A muerte sigue una tradición muy propia del blues de Muddy Waters, Robert Johnson, Big Mama Thornton, Elmore James y aun el primer Chuck Berry, que escribían canciones que advertían no sólo lo que se es, sino la fidelidad a la esencia propia, para terminar diciendo, palabras más, palabras menos: “tú sabrás si me tomas o me dejas, baby”. No obstante, lo que en el blues es picardía y fanfarronería campirana, de algodonal y pueblo raquítico, en Alain Derbez adquiere un tono y lenguaje más intelectual y contemporáneo, incluso urbano, de megalópolis. En A muerte, a diferencia de los blueses, no es ese desafío lo realmente importante, sino la aceptación de lo que uno es; incluso cierto orgullo de tomar, como decía Robert Frost, “el camino menos transitado”.
La música e interpretación de Armando Rosas y La Camerata Rupestre son maravillosas. Armando es un especialista en musicalizar textos y poemas. Ya mencionamos su trabajo con Rafael Catana, pero habría que agregar la aún inédita Querencia, dolencia y apetencia, poema de Miguel Hernández, y desde la interpretación, La saltapared, poema de Ramón López Velarde, cantado por Hebe Rosell y Betsy Pecanins, musicalizado por Eduardo Langagne (si mal no recuerdo), y con la misma Camerata Rupestre tocando. En A muerte suena, primero, una especie de juego verbal, parodiando los diálogos de espiral infinita entre amigos alcoholizados; todo un guiño humorístico, irreverente. Después, en gran contraste, suena la guitarra acústica clásica de Armando Rosas, que, en una adaptación para guitarra clásica, interpreta las primeras notas del Tercer movimiento (courante) de la Suite para Cello N° 1 en Sol Mayor (BWV 1007) de Johann Sebastian Bach. Y por si la sorpresa fuera poca, de inmediato entra el cello de Javier Platas, primero, y después el violín de Javier Guillén El paparrín, en una introducción de dueto de cuerdas simplemente magistral, hasta que revienta en el arreglo total, que incluye el bajo de Mario Mota y una batería electrónica, en esa mezcla de rock y música clásica que sólo La Camerata Rupestre ha ensayado en México, llena de referencias casi paródicas a su propia formación profesional de músicos clásicos. Rosas canta con su estilo de voz nasal, poniendo fuerza, pero sin excederse, como sugiere el espíritu aguerrido, pero no solemne, de la letra.
El resultado de todo esto es una pieza riquísima en matices, intensa y liviana al mismo tiempo, con armonías impecables de las cuerdas y un final suave, muy disfrutable. Una gran canción compuesta al alimón por dos músicos de gran altura.

8 comentarios:

  1. En este tipo de selecciones de "lo mejor de..." siempre habrá discrepancias, yo, tratándose de Armando Rosas no hubiera dudado ni un instante en incluir "Canción de cuna" que me parece la mejor rola del susodicho por mucho.

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  2. Ariel:

    Tienes toda la razón, y créeme que hasta tenía previstas varias reclamaciones posibles. En el caso de Rosas, por poner un ejemplo, imaginé varios reclamos femeninos por no quedar "Los gatos no creen en ángeles". Estoy de acuerdo contigo en que "Canción de cuna" es una gran pieza de Armando, y créeme que estuvo muy cerca de quedar dentro de las 100. Pero en realidad la cantidad de material para elegir es inmenso, y para ser sinceros, concluí, tras los análisis y la calificación respectivos, que a nivel de la forma es una rola ligeramente más tradicional que las otras suyas, menos ambiciosa, e incluso por momentos hasta ligeramente predecible, tanto melódica como poéticamente, y eso la desequilibró un poco, comparada con otras canciones de otros autores. Pero eso sí, siempre dentro de la calidad igual. Es sólo que otras rolas de otros rockeros la fueron desplazando, lo mismo que otras suyas. En todo caso, lo que sí puedo contar al respecto es que al menos las primeras 175 canciones (e incluso las poco más de 250 que pasaron a la etapa de análisis más detallado y calificación individual) tuvieron diferencias de milésimas unas de otras, lo que me alegra, porque quiere decir que sí hay suficiente material de calidad en el rock mexicano como para que eso ocurra.
    En todo caso, y como dije en la Presentación del blog, bienvenidas esas y todas las discrepancias, y mira que en los comentarios de la mencionada Presentación ya se dio un cierto debate, también siempre bienvenido.

    Saludos.

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  3. Ah, como aficionado a la radio veo con agradable sorpresa que en esta rola participaron Javier Platas (a quien escuchaba en un programa de Radio UNAM con Marcelino Perelló, hace unos poco años), Alain Derbez que hace poco hizo un gran maratón de jazz mexicano en Radio Educacón, y Mario Mota, genial programador musical también de Radio Educación.

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  4. Cierto, amigo Daniel, y todos estupendos personajes... Bueno, salvo Perelló, quien, junto con Sócrates Campus Lemus, fueron las dos grandes vergüenzas del movimiento del 68, como es tan sabido (y demostrado)...
    Muchos saludos.

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  5. Me llama la atención eso que dices de Perelló, Pingüìno, ¿por qué lo dices? Cuando escuchaba su programa me caía bien, se podía decir que era de mis referentes; no sé exactamente qué hicieron èl y otros dirigentes en el movimiento del 68, supongo que cada quien tendrá sus historias y justificaciones, pero me da curiosidad lo que dices. De hace algunos años para acá ya no lo escucho, me da flojera y cuando lo llego a escuchar (más bien por casualidad) le he oido decir cosas que me parecen algo estúpidas, por ejemplo le dedicó elogios al Chapo y lamentó su captura, "ese bandolero que incomoda al sistema", algo así, y al mismo tiempo clama por la entrega del auditorio Ché Guevara-Justo Sierra; en fin, igual todos vivimos con contradicciones. Y bueno, ya entrados en esto: ¿qué opinas de Luis González de Alba?

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  6. Son más que contradicciones, amigo Daniel. Hay suficientes y contundentes testimonios que prueban que Perelló y Campus Lemus delataron y entregaron dirigentes, a cambio de no ser apresados y de tener cargos mínimos. Hay quien podría justificar algo así, debido al miedo, pero el hecho de que hayan sido los únicos dos que se prestaron a ello demuestra que no era "inevitable", como podrían argumentar cobardemente muchos. Precisamente González de Alba cuenta una anécdota que pinta de cuerpo entero a Perelló: cuando algunos dirigentes escondidos intentaban concretar reuniones clandestinas tras la matanza, para intentar reagruparse y acordar una estrategia que levantara de nuevo la lucha, Perelló acordaba con ellos un lugar de reunión, y cuando todos llegaban ahí, obviamente arriesgándose, él mandaba avisar que no llegaría porque "no había condiciones para su seguridad", como si la suya fuera la única importante. Estas dos cosas, más los argumentos con que ha tratado de tergiversar el movimiento mismo, arman un personaje bastante deleznable, y en eso hay casi unanimidad entre los antiguos participantes del movimiento.
    Bueno, de González de Alba opino que creó el mejor libro sobre el 68: "Los días y los años", que es un estupendo divulgador científico, y que ha sufrido una transformación política de la más vergonzosas que recuerde, alineándose sin ningún pudor con la derecha más reaccionaria que antes combatió... Una pena...

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  7. Soy educación,
    soy un sistema, sí,
    un muchacho lindo,
    bien, bien, bien educado,
    que deja morir
    todo a su lado.
    Ah, que buena forma de decir sutilmente, así me ha echo la sociedad ¡!
    Hasta el el titulo del disco, “La Evolución de las Especies”, realmente hemos evolucionado como seres humanos? En la parte mental, como en la parte física?
    En cuanto a las canciones que en realidad son musicalizaciones de poemas
    Que me puedes decir sobre este disco
    Infrarealismo – nomedites (2007)
    1. Arturo Meza - Luciérnaga Fugaz (Mario Santiago Papasaquiaro) {0:38}
    2. La Lengua - Lento Río (Mario Santiago Papasquiaro/Ramón Mendez/Roberto Bolaño/Montane) {5:08}
    3. Nine Rain - Constelación De Casiopea (Pedro Damián) {1:43}
    4. Gerardo Enciso - De La Desgracia A La Gracia (Mario Santiago Papasquiaro) {2:22}
    5. The Estupid Band - Acto De Pie (José Peguero) {1:34}
    6. Fernanda Martínez - Diario De La Noche (Guadalupe Ochoa) {2:13}
    7. Alejandro Herrera - Los Motivos Del Grifo (Ramón Méndez) {1:14}
    8. Chela Cervantes - Historia De La Poesía (Pedro Damián) {1:29}
    9. Nono Tarado & The Estupid Band - Saltapatrás (Mario Santiago Papasquiaro) {5:00}
    10. Marcos Miranda - Mejor Soy (Guadalupe Ochoa) {1:22}
    11. Rafael Catana - 9 (Mario Raúl Guzmán) {0:48}
    12. Arturo Meza - Devoción Cherokee (Mario Santiago Papasquiaro) {5:42}
    En donde según mi gusto devoción cherokee, es la mejor, aunque Lento Rio, de la desgracia a la gracia, Acto de Pie, Saltapatras y 9 son rolas que tienen lo suyo, disco de poemas musicalizados.
    Aquí pueden descargar el disco
    http://unanotaquecae.blogspot.mx/search?q=Infrarrealismo

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  8. Mil gracias por el aporte, amigo Margarito. Tengo el disco desde hace algún tiempo, pero no he podido escucharlo (igual que muchos, por cierto), por los mismos motivos que me impiden publicar más posts y podcast: la falta de tiempo por la necesidad de sobrvivencia. Cuando tenga chance, lo escucharé atentamente, y comentaré algo por aquí.
    Un abrazo.

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