Música e intérprete: Real de Catorce.
Disco: Real de Catorce.
en periódico envuelto,
alcohol y lluvia,
soledad y sol,
soledad y sol.
Calles, patios sucios,
antenas, perros,
bruma de las 7:00
en un día gris.
Es un día gris.
Hay que caminar
cuatro horas más
bajo esta espada
de metal.
Los niños fuman
el viento aural.
Julia rompe un vaso,
cambia el canal,
abre sus venas,
le brota el mar.
Un auto hierve
en su reflejo,
los ojos flacos,
de mí, de yo, de mí, de yo, de mí.
Los edificios
andan despacio.
En el 500
vive Dios
con su mujer.
Baldía nación;
se te derriten
todos tus muchachos,
todos tus borrachos,
todos tus muchachos
en un rincón.
Si antes mencionamos lo escasas que son las canciones optimistas en el rock mexicano, sin duda alguna Soledad y sol de Real de Catorce representa el extremo opuesto, el máximo pesimismo. Los personajes marginales, olvidados, perdidos en su soledad y miseria, se pasean una y otra vez por las canciones de José Cruz, como ya vimos al analizar Polvo en los ojos y Paria’s blues. Pero en Soledad y sol vemos el punto cumbre de esta visión oscura, en la descripción de la mujer derrotada, suicida. El suicidio no ha sido aceptado casi por ninguna doctrina religiosa o postura filosófica. Sólo el Nihilismo, sobre todo de Schopenhauer y Heidegger, lo asume como posibilidad válida. El arte romántico sí que lo trató con amplitud, como ya vimos al hablar del Werther de Goethe, la obra cumbre sobre el tema. Los libros El suicidio, un estudio sociológico de Emile Durkheim y el famosísimo El dios salvaje de Al Alvarez (donde se analizan suicidios de personajes célebres, como Sylvia Plath y Antonin Artaud) son muy buenas referencias si se quiere profundizar en la revisión histórica del asunto. En la historia del rock, el suicidio se ha abordado poco. Se pueden citar Yer blues de los Beatles, de sutileza exquisita Ballad of a thin man de Bob Dylan (que se menciona en Yer blues), de forma indirecta The final cut de Pink Floyd, el final de la ópera-rock Quadrophenia de The Who, y de manera más reciente, toda la línea del rock gótico, dark y grunge. Pero no se ha explorado demasiado en el rock mexicano. Las excepciones son la revisada Mírame desaparecer de Roberto Ponce, La última lágrima y Quiero huir de Lucerna Diogenis, Para un compa de Arturo Meza, Nos queremos morir de Santa Sabina de manera mucho más pop, y alguna que otra más. Pero Real de Catorce lo ha hecho en varias ocasiones, como en la rola Con el alma borracha y las canciones ya mencionadas.
En Soledad y sol, Real de Catorce se aproxima al suicidio de otra manera, pues lo ubica como una reacción provocada por las condiciones sociales del país, que dejan a los seres marginales sin opciones, sin más salida que el alcohol, la droga, y finalmente, el suicidio. Pero toda esta carga temática, pesada y patética, no deforma el sentido poético de la letra; al contrario, se vuelve la vía, el detonante que desata la búsqueda estilística. José Cruz suelta algunos elementos escogidos, que permiten echar un vistazo, sólo entrever las condiciones del día final de Julia, la suicida. Un día deforme, asfixiante, porque más que el exterior, es el día interno, poblado de asperezas y enemigos, ajenos, extraños que sólo pasean su olvido, su indiferencia, cómplices de un país asesino, porque todo suicidio en realidad es un asesinato social, según la tesis de José Cruz. Y no importa si se comparte o no su postura; la sensibilidad ante el dolor ajeno que muestra Soledad y sol, junto con su riqueza expresiva y artística, bastan para darle su justo valor. En todo caso, toda la sutileza que muestra la canción a lo largo de casi todas sus líneas se rompe en las últimas, como si finalmente se impusiera la desesperación ante esa fractura expuesta, terrible del personaje, y eso nos la hace más próxima, más semejante.
La música de Soledad y sol es de rock clásico, pero con el detalle del cambio de tono que va adquiriendo, siempre en aumento, con cada cambio de estrofas; un recurso original y de gran riqueza melódica, que rompe cualquier monotonía. El arpegio de guitarra eléctrica sola y limpia en la introducción, sin efectos, apenas acompañada del muy discreto adorno de otra guitarra, es de una delicadeza magnífica. La melodía parece arropar cálidamente la voz grave de José Cruz. Pero de pronto la música revienta, muy intensamente, energética, y la voz de Cruz se eleva una octava completa. Este cambio simula la agitación anímica del personaje central de la letra, del dolor apretado a la decisión final desesperada. Al final, el impecable y efervescente solo de guitarra del desaparecido José Iglesias se lleva la melodía como una avalancha aguda y desgarrada.
De esta manera, amargura y poesía se desenvuelven a la par, y Soledad y sol alcanza una intensidad profundamente emocional, que ejemplifica la verdadera solidaridad (antes que el malnacido Salinas de Gortari echara a perder para siempre la palabra en México) ante el inigualable dolor del prójimo perdido, destrozado.
En Soledad y sol, Real de Catorce se aproxima al suicidio de otra manera, pues lo ubica como una reacción provocada por las condiciones sociales del país, que dejan a los seres marginales sin opciones, sin más salida que el alcohol, la droga, y finalmente, el suicidio. Pero toda esta carga temática, pesada y patética, no deforma el sentido poético de la letra; al contrario, se vuelve la vía, el detonante que desata la búsqueda estilística. José Cruz suelta algunos elementos escogidos, que permiten echar un vistazo, sólo entrever las condiciones del día final de Julia, la suicida. Un día deforme, asfixiante, porque más que el exterior, es el día interno, poblado de asperezas y enemigos, ajenos, extraños que sólo pasean su olvido, su indiferencia, cómplices de un país asesino, porque todo suicidio en realidad es un asesinato social, según la tesis de José Cruz. Y no importa si se comparte o no su postura; la sensibilidad ante el dolor ajeno que muestra Soledad y sol, junto con su riqueza expresiva y artística, bastan para darle su justo valor. En todo caso, toda la sutileza que muestra la canción a lo largo de casi todas sus líneas se rompe en las últimas, como si finalmente se impusiera la desesperación ante esa fractura expuesta, terrible del personaje, y eso nos la hace más próxima, más semejante.
La música de Soledad y sol es de rock clásico, pero con el detalle del cambio de tono que va adquiriendo, siempre en aumento, con cada cambio de estrofas; un recurso original y de gran riqueza melódica, que rompe cualquier monotonía. El arpegio de guitarra eléctrica sola y limpia en la introducción, sin efectos, apenas acompañada del muy discreto adorno de otra guitarra, es de una delicadeza magnífica. La melodía parece arropar cálidamente la voz grave de José Cruz. Pero de pronto la música revienta, muy intensamente, energética, y la voz de Cruz se eleva una octava completa. Este cambio simula la agitación anímica del personaje central de la letra, del dolor apretado a la decisión final desesperada. Al final, el impecable y efervescente solo de guitarra del desaparecido José Iglesias se lleva la melodía como una avalancha aguda y desgarrada.
De esta manera, amargura y poesía se desenvuelven a la par, y Soledad y sol alcanza una intensidad profundamente emocional, que ejemplifica la verdadera solidaridad (antes que el malnacido Salinas de Gortari echara a perder para siempre la palabra en México) ante el inigualable dolor del prójimo perdido, destrozado.
A ´ropósito de canciones de suicidas me acordé de "The Letter" de Macy Gray y recordé que en el rock argentino Páez y Sui Generis también las tienen y que buscandole se puede hacer una buena colección de canciones que aborden este suceso extremo e impactante, prometí leer todo el blog pero voy lento, el principal problema es que la letra blanca en fondo negro me cuesta mucho trabajo para leer, así que leo tres textos y ya veo manchas, doble imagen y me cansa mucho, pero poco a poco.
ResponderEliminarDe esta canción me gusta que con frases cortas, como disparos, se va construyendo la historia, la música, nunca ha sido problema para Cruz, siempre encuentra la mas "ad hoc" para cada texto.
Cierto lo de esa lista, mi buen Ariel, sería una muy buena muestra de diferentes sensibilidades ante el tema.
ResponderEliminarLamento lo de las dificultades de lectura. El fondo, que se supone que es verde y no negro (¿se ve negro?), de hecho originalmente era varios tonos más claro, pero justo decidí oscurecerlo lo más posible para que contrastara mejor la letra blanca y se facilitara la lectura... Y lo que pasa es que un tono blanco le va bastante mal a las fotos (incluyendo el logo del blog), y según he leido por ahí, crea un efecto de pereza en los lectores (de hecho, en los libros prefiero el papel amarillo de antaño). Igual voy a someterlo a opinión, así que se aceptan propuestas...
No creo que ese sea un problema para todos, más bien es de las deficiencias de mi visión que datan de mi más tierna infancia.
ResponderEliminarSaludos. Excelente el blog! Con respecto al contraste de la letra y el fondo, más bien, a mi parecer, es el tipo de letra, quizá una Arial o Tahoma ayudarían un poco. Pero finalmente es tu blog y tu decides!
ResponderEliminarMe sorprende encontrar a muchos de mis grupos-cantantes-letristas favoritos en tu lista. Debo confesar que me parecen un tanto exagerados y quizá hasta elitistas y excluyentes los parámetros utilizados para la clasificación. Así como también el hecho de desechar casi automáticamente el rock comercial, sólo por el prejuicio de que "su único afán es vender" (lo cual no creo que sea cierto en todos los casos). Me pregunto ¿qué hubiera sido de la música de The Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan o Pink Floyd si nunca hubieran grabado un solo disco por no querer "someterse" a los lineamientos de las disqueras? Pero sólo es mi opinión.
Por otro lado me sorprende tu verdadera erudición al momento de reseñar cada canción, fundamentando su aporte y contextualizando siempre. cada reseña es un verdadero Ensayo.
Tengo 35 años y mi conocimiento del rock no es tan limitado, aunque no es ni la décima parte de profundo como lo es el tuyo. Es muy grato saber que la música que me ha gustado desde hace mucho es objeto de crítica imparcial, aunque a mi parecer, un poco severa.
Gracias por la opinión, estimado webrizo. Tengo varias discrepancias, sin embargo. Sobre lo del "elitismo", mi opinión sobre el término está dicha ya en el análisis de "Dama en la carretera" de Rafael Catana. En el caso de este blog, al tratarse de un análisis comparativo, propio de una lista que intenta seleccionar las 100 mejores canciones del rock mexicano, evidentemente se trata de eso, escoger las mejores, bajo el único criterio de la calidad. Por ello, si etimológicamente "élite" significa "lo mejor", es lógica esa línea en un blog de estas características... Y por lo mismo, también es lógicamente "excluyente", porque excluir significa dejar fuera algo por seleccionar otra cosa, y el método comparativo se trata justo de eso... Los blogs que se centran en el gusto, la valoración histórica o los análisis individuales sin afán comparativo (como el otro mío), no tienen por qué excluir, pero el espíritu de este es justo la selección, eliminación y comparación.
ResponderEliminarPor otro lado, lo comercial no "se desechó", ni menos por prejuicio. Ahí están las canciones de Caifanes (y en otro sentido hasta las de El Tri) para probar lo primero. Y no es prejuicio, porque un prejuicio es una postura a priori, sin análisis previo. Lo comercial mexicano quedó fuera, porque las condiciones de la industria musical mexicana obligan a bajar la calidad si se quiere vender. Y como la pauta de este blog es sólo la calidad, el material comercial fue quedando afuera de manera natural, ante rolas que no tuvieron que bajar su nivel para ser comercialmente exitosas (no lo fueron). Es decir, se excluyeron luego de un análisis comparativo y un juicio crítico, lo contrario del prejuicio. Por su parte, los ejemplos que pones me parecen malos, estimado webrizo, porque la industria del rock internacional no coincide para nada con la del mexicano. Ninguno de los ejemplos que pones hicieron ninguna concesión para grabar, porque lo hicieron en una época y ante un público más avanzado, que no lo necesita. Muchas veces, incluso al contrario. En eso, México está a años luz (aunque últimamanete la industria musical internacional cayó por los suelos). La prueba de lo que digo es que varias canciones, tanto de los Stones, como Dylan y los Beatles estuvieron prohibidas en varios países, incluyendo en algunos casos Estados Unidos e Inglaterra mismos. Si alguien se preocupa sólo de vender, no se expone a eso. Y en el caso de Pink Floyd, incluso se opusieron a los 3 minutos que exigían las estaciones de radio para las canciones. Entonces, ¿qué concesión hicieron? En México, en cambio, podemos ver lo contrario, como en la tristemente célebre "Negra Tomasa" de los Caifanes, o el caso de "Amanece", que menciono por ahí. Y el Tri se ha limitado a grabar la misma rola maquillada una y otra vez. Y sin embargo, cuando ambos grupos lograron zafar lo suficiente de eso, realizaron rolas dignas, y están aquí.
Por último, como señalo en la PRESENTACIÓN de este blog y ya he repetido en este comentario, el factor de peso en los análisis comparativos es la calidad, y creo profundamente que así debe ser. En ese sentido, el calificativo de "severo" me parece una de sus virtudes, y no un defecto.
Muchos saludos.
Ignoro por qué recibí aviso de este comentario, pero al entrar para responderlo no estaba. Quizás el mismo autor lo borró. Pese a ello, en aras de la no censura, y para dejar claro que ni lo borré yo ni impedí su publicación, lo publico yo mismo, copiándolo del aviso mencionado. Es el siguiente:
ResponderEliminarNo quiero caer en un debate sin fin, pero agradezco el que hayas leído los comentarios. Estoy de acuerdo en que utilizaste criterios uniformes y que debiste ser riguroso. Eso es algo que aplaudo. Quizá las palabras que utilicé no fueron las adecuadas en un afán de ser mesurado. La palabra que más bien quise utilizar en lugar de "elitista" o "excluyente", es "snob". Aunque solo es una opinión. Pero eso a mi parecer, lo reafirman frases que has escrito, como "el público acrítico, intelectualmente limitado y marginal" o bien, "un público mayoritario, poco educado, sin herramientas culturales para exigir, sin experiencia auditiva con materiales de calidad".
(continuación)
ResponderEliminarEfectivamente mencionar a grupos como The Beatles o los Stones a mi también me parece malo y fuera de lugar, pero si los mencioné fue porque en tus reseñas siempre equiparas las canciones mexicanas con esos referentes: Beatles, Stones, Pink Floyd, Iron Butterfly, etc. lo cual me parece hasta cierto punto descabellado, pues como tu dices la industria musical y el rock en México están a años luz de la estadounidense o inglesa.
No estoy de acuerdo en que digas que esos grupos no cedieron a los lineamientos de las disqueras, o ¿acaso las canciones de The Beatles en sus primeros discos no se ajustaron a los 2:30 ó 3 minutos que exigía la radio que era el principal difusor para VENDER esa música?. ¿Acaso la prohibición que mencionas de ciertas canciones no tenía que ver con la intención de vender? En ésa época era muchísimo más difícil que una disquera grabara a un grupo nuevo, ya que si no veían ganancia a corto plazo, no los grababan. Por ejemplo, Johnny Cash, o Bob Dylan cuando quisieron grabar sus primeros discos. Tú mismo lo mencionas: "Lo que nos llega de la música extranjera suele ser lo más digerible, lo que deja ganancias para managers, promotores, disqueras, medios de comunicación, etc".
Finalmente creo que la intención de todo artista y de los rockeros, es dar a conocer su música, que la gente los escuche y que su música guste. No creo que alguien haga algo y lo publique sólo porque sí, siempre hay un sentimiento egoísta en todo creador, por un lado la obra al principio es para sí mismo, pero por otro, cuando un escritor publica un libro o un pintor monta una exposición siempre anhela que la gente conozca su obra. El equivalente en el rock hasta antes de la masificación del internet, era el disco (la publicación de su obra). Claro que hay grupos que anteponen el interés comercial, pero hay muchos otros que lo ven como medio para darse a conocer, y también, para obtener ingresos y así poder seguir creando. El género "pop" nos guste o no, también es rock, así como lo rupestre (siempre con más tendencia a la trova). La marginalidad de uno y otro es lo que lo puede hacer parecer a uno más auténtico que otro, pero no necesariamente. Ahí está el ejemplo de Fratta, Monocordio o Santa Sabina.
Otro comentario es acerca del sesgo que ocasiona el que sea un sólo crítico el que evaluó las canciones, un "jurado" de 3 a 5 integrantes hubiera dado mayor imparcialidad al listado, aunque quizá eso habría sido imposible. Mencionar también que la canción en sí, no sé si pueda ser juzgada con los mismos elementos con que se juzga a la poesía o a la pintura, porque el carácter "popular" de la canción en sí misma lo hace un tanto diferente. No es que eso esté bien, pero precisamente la difusión masiva es lo que hace diferente a la canción de otras ramas del "arte". Por último, mencionar que hay discos grandiosos, como Sin título, de Arturo Meza, Nada en su sitio, de Carlos Arellano, las grabaciones en demo de Jaime López, Tiempos Obscuros, de Real de Catorce, que si hubieran tenido el apoyo de una disquera con mayor infraestructura, hubieran sido discos enormes.
Agradezco de antemano tu atención. Espero no haber sonado agresivo o demasiado ignorante. La intención no es discutir sin sentido ni tener una postura de absoluta necedad.
Saludos y repito, excelente blog!
webrizo.
Procedo ahora a responderle a webrizo:
ResponderEliminar1. Me resulta difícil sentir que no pretendes ser agresivo, al mismo tiempo que calificas mi criterio (y finalmente a mí mismo) de snob (hasta elitista sonaba mejor). Como bien señalas, es tu opinión, y como la de cualquiera, tenerla es tu derecho. Pero una vez más, no la comparto en absoluto. El DRAE define así snob: "(Del ingl. snob). 1. com. Persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos". Y según tu opinión, así lo "reafirman" las frases mías que citaste. Sinceramente no veo en qué muestran esas frases una postura snob. Sólo podría considerarlo así quien crea, a mi jucio de manera totalmente equivocada, que la formación cultural, el conocimiento y la visión crítica informada es patrimonio exclusivo de las personas "distinguidas", un eufemismo para señalar a las personas adineradas. Me extraña que así lo crea un mexicano, cuando tenemos ejemplos históricos de verdaderas bestias intelectualmente hablando, pero groseramente millonarias. ¿Te suena Vicente Fox, para empezar, o todos los expresientes prístas, miles de empresarios, banqueros, actores de telenovelas, baladistas comerciales como Luis Miguel, futbolistas, etc.? Créeme que el caso mexicano en eso es bastante atípico en Latinoamérica. Y se debe a que la Revolución Mexicana terminó con una aristocracia que terminó muchas veces en la pobreza, añorando sus privilegios perdidos, sustituida por una burguesía ignorante, pero dueña del botín económico resultante. Esto puede revisarse claramente en cientos de obras históricas y literarias. "La región más transparente" de Carlos Fuentes, por ejemplo, o los textos de Jean Meyer, Enrique Semo, etc. Por ello, la clase alta de México suele ser ignorante y burda, mientras que la cultura y la educación profesional han recaído más en las clases medias (obviamente también hay un porcentaje en las clases altas y bajas, pero menor en comparación). Yo soy una muestra de ello, porque mis estudios universitarios se deben a que la UNAM, donde estudié, es prácticamente gratuita, y con ello, yo, de clase media-baja, y en épocas baja plena, pude acceder a la formación profesional. Y de hecho, estimado webrizo, el rock pop comercial, de calidad sólo regular, es un gusto más propio de las peronas de mejor clase económica.
Por todo lo anterior, la condición deficiente del público de rock en México no se debe a su condición socioeconómica, sino cultural, justo porque en México (a diferencia de Argentina, Chile, Colombia y otros países latinoamericanos, en que la mayor parte de la educación es privada, y que no vivieron una Revolución democrático-burguesa como la mexicana) no van de la mano. Y la educación que yo tuve la suerte de adquirir, tampoco, como ya señalé. Entonces, no veo por qué señalar el estado deficiente del público de rock sea snob.
2. Dices que siempre "equiparo" las canciones de rock mexicano con las del rock internacional citado. No las equiparo, sino que señalo coincidencias e influencias, letrísiticas y musicales, es decir, de las canciones en sí. Pero lo que señalé en el comentario anterior al tuyo de ahora, es la gran diferencia en cuanto al contexto de su público y recursos. Por ello, en lo primero son absolutamente comparables. En lo segundo, ni de lejos, y lo he señalado en varias ocasiones.
(continuación)
ResponderEliminar3. Efectivamente, pienso que las concesiones de los grupos de esa época son mínimas, porque también lo eran sus propios alcances, como es lógico, al ser auténticos pioneros de un género incipiente, como era el rock entonces. Es eso lo que explica su primer nivel ingenuo (aunque sexualmente ni tanto, como he señalado también), básicamente rítmico y fresco, pero aún poco profundo. Es decir, no cedían: ni siquiera estaban listos para una disputa de esa naturaleza, y cualquier revisión a la historia del rock te lo puede mostrar. Por eso mismo, en cuanto lograron la evolución artística necesaria (sobre todo en la época hippie), se fueron por la experimentación, el inconformismo y la búsqueda. Y en esa época y ante un público necesitado de esa expresión nueva que representara sus inquietudes y búsquedas más profundas, eso vendía, estimado webrizo, por lo que no era necesaria ninguna concesión. Por favor, no me digas que crees que el público de la era hippie se parece al del pop actual (en esa época a Hendrix, Janis, Morrison, Beatles, etc., se les llamaba pop, así que compara). Hendrix entregaba "Purple Haze", ¡y vendía!, daba para representantes, disqueras, equipo. No me digas que entregar "La negra Tomasa" para vender es equivalente... Y menos con toda la ventaja que debería significar el paso del tiempo, el aprendizaje, la nueva dignidad en que deberían dimensionarse los músicos de rock actuales...
4. Que el pop actual también sea rock no significa que por ese sólo hecho hay que valorarlo positivamente. Las papas fritas también son comida, ¿por ello son buenas desde el punto de vista nutricional?
5. Por supuesto que los músicos desean que su obra llegue a la gente. Pero eso no significa que eso deba influir en la calidad de sus materiales. Tú lo has dicho de la manera más atinada: hay quienes ven la música como medio, tú señalas que para darse a conocer y obtener ingresos para seguir creando. Ahí está la trampa, porque el arte no es un medio: es un fin, como bien señala la moderna teoría del arte (casi sin exscepciones), y como he señalado varias veces, porque yo lo comparto. Estás en todo tu derecho de considerar válido verlo como medio. Yo no sólo no lo comparto, sino que esa postura la combato y la seguiré combatiendo, aquí, en el aula, en la crítica y en la creación artística directa, y con absoluta convicción. Por el arte mismo, pero también por el público.
6. Yo mismo he señalado que el análisis de la letra de canción no es igual al de la poesía, aunque no por su difusión masiva, sino por su condición de cultura popular (no es lo mismo, porque en México casi todo el rock no recibe difusión masiva, y sin embargo sigue siendo una creación de corte popular, en cuanto a estilo, recursos, tipo de público y formación teórica), pero sobre todo porque depende de la música que la contiene, con las limitantes y posibilidades que eso significa. No obstante, sin duda alguna la evolución del rock lo ha llevado a convertirse en una rama del arte. El hecho de que no todos lo alcancen (o no todos lo acepten) no impide que lo más logrado sea justo lo que persigue esa búsqueda. Pero en todo caso, los análisis que aquí presento no se basan sólo en los métodos de análisis literario. El de Jenaro Talens, por ejemplo, sirve para analizar cualquier obra de arte. Considero que la suma de todos los métodos, sí que permite analizar a fondo y profesionalmente las canciones de rock. Es esa la convicción que explica la existencia de ambos blogs.
Por último. agradezco el interés y las opiniones.
Saludos nuevamente.
ResponderEliminarAcepto todos tus comentarios y estoy de acuerdo. Una disculpa con lo de "snob", me extralimité. En ningún momento mencioné que tú sugirieras que la falta de educación tuviera alguna relación con el nivel socioeconómico. Coincido contigo. Yo pienso que el acceso a la educación por sí solo no garantiza la capacidad para valorar o entender el arte. Basta con preguntar al azar en una universidad acerca de los gustos musicales o preferencias en el cine.
Nuevamente siento que generalizas con el ejemplo de las papas fritas. Siguiendo esa lógica, entonces todo lo rupestre, rock urbano y punk seria de enorme calidad. Y no es así. Pero tienes razón en mencionar que mucho del rock pop es de calidad regular.
Yo también soy de origen medio-bajo económicamente. También estudié en la UNAM. Creo que el hecho de haber tenido la oportunidad de aprender no me hace mejor persona sólo por eso. Ni creo que la mayoría de gente que no tiene educación esté orgullosa de ello. ¿Cómo acercar esta música a ellos, cómo influir en sus gustos y convencerlos de lo "que es bueno"?, ¿Es eso válido o estaríamos pecando de soberbios?
Por último, aclarar que nunca dije que algunos rockeros ven la música como medio, me refería más bien a la grabación de un disco. Coincido contigo en que el arte es un fin y no un medio.
Ha sido excelente poder debatir y dialogar con alguien tan abierto a la crítica y tan atento al leer y contestar los comentarios. Pero sobre todo con alguien con tanto conocimiento y gusto por el rock mexicano.
No me queda más que seguir disfrutando del blog y leer y releer las grandiosas reseñas.
Gracias.
Algunas precisiones más, estimado webrizo:
ResponderEliminar1. El ejemplo de las papas fritas expresa lo contrario de la generalización: justamente porque no basta con pertenecer a un subgénero del rock, ni el pop, ni lo rupestre ni ningún otro subgénero valen sólo por serlo; es decir, no sólo no generalizo, sino que señalo lo contrario: que canciones buenas y malas se dan en todos los géneros (ya lo dije antes por ahí), a eso se debe justamente que se analicen aquí una por una.
2. Obviamente que una formación profesional no hace mejor persona a nadie (basta recordar la época del "despotismo ilustrado"). Pero a diferencia de lo que señalas, sí estoy convencido que el conocimiento profesional en una materia sí da mayor autoridad a las opiniones sobre la misma, ese es el valor del estudio, sea formal (lo que es una indudable ventaja) o autodidacta. Es decir, sin duda un médico sabe infinitamente más sobre medicina que lo que yo puedo saber, ya que no soy médico ni sé más que lo que me otorga la pobre experiencia empírica. Y un albañil sabe infinitamente más sobre construcción que yo, que de hecho no sé nada. Pero asimismo tengo claro que mi formación me permite saber más que ellos en materia de música, literatura y arte, si no poseen estudios sobre esas materias. Si alguno de ellos me aconseja profesionalmente sobre medicina o construcción, ¿serían soberbios por ello? ¿Por qué entonces lo sería yo al hacer lo mismo en estos blogs con los conocimientos que poseo? No digo que sólo mi opinión es válida, pero sí que la mía en estas materias está sustentada en un conocimiento teórico, que me permite un análisis profesional, y la consiguiente crítica especializada. Obviamente el arte no es una ciencia exacta, y eso explica las divergencias aun entre personas con igual nivel formativo. Pero eso no significa que las opiniones respaldadas por un conocimiento académico tengan el mismo peso que las que no lo tienen, exactamente como en los ejemplos de la medicina.
3. Sí me parece de lo más importante aportar para que la gente sepa diferenciar lo que posee calidad de lo que puede gustar por otros motivos; es decir, y aunque no guste escucharlo así, a diferenciar lo bueno de lo que a uno le gusta. La "crítica Baronet" (llamada así en el argot de la teoría del arte por el slogan de los cigarros), que cree que lo que a uno le gusta es lo bueno, y que apela al falaz dicho de "en gustos se rompen géneros" para establecer que todo vale igual, es otra de las cosas que combato con convicción en mi ejercicio profesional.
4. Justamente la intención de estos espacios es aportar a la crítica sustentada del rock mexicano para que se valore y difunda mejor; es decir, compartir un conocimiento, dado que lo entiendo como una fortuna, y no como algo que restregar en la cara de los demás. Por eso, no sólo no veo nada de soberbio en ello, sino que la búsqueda es lo contrario.
5. Agradezco tus palabras finales, estimado webrizo. Sería incongruente abrir un espacio público para luego rechazar la crítica. Por ello no lo hago ni lo haré. Sí creo en el derecho de réplica, que es diferente. Te agradezco mucho el buen recibimiento del mismo.
Muchos saludos, y espero que sigas compartiendo tus aportes por aquí.
El suicidio la puerta fácil? Pienso que la religión desde los primeros tiempos hace que no sea tan fácil tomar esta decisión, "baldía nación" a lo que lleva un mal gobierno, por cierto por quien vas a votar? Saludos mi buen.
ResponderEliminarNadie que se haya visto ante la decisión del suicidio podría pensar que es fácil, amigo Margarito. Creo que es todo lo contrario. Respecto al voto, yo nunca voto por personas, amigo Margarito, y es una postura en la que creo con absoluta convicción: voto por ideología. Soy un hombre de izquierda, en la línea que me parece actualmente la única válida: la socialdemocracia. Por ello, mi voto siempre será por quien siga esa línea ideológica, y se oponga a la ideología de derecha, que me parece tan nociva para la humanidad, en lo valórico, pero también en lo económico. Por ello, no podría votar por el PRD, que insólitamente va en alianza con la derecha, lo que es una auténtica vergüenza, ni mucho menos por el PRI, que es el cáncer histórico de México, y que costó 71 años derrotar, sólo para que la falta de memoria de la gente lo trajera de vuelta. Así que, pese a muchísimas discrepancias y hasta vergüenza ajena por momentos con sus ideas, no me queda más que votar por el menos malo (porque de manera trágica es a lo que se ha reducido la política real en el mundo actual): López Obrador.
ResponderEliminarVientos!! Pingüino, todo el tiempo he estado con la izquierda, aún con los bandazos que dan y los fraudes que sean dado, siguen siendo los menos malos, suerte Amigo.
ResponderEliminarYo aquí leyendo este interesante intercambio de ideas. Cada quien es dueño de sus opiniones y celebro que des espacio al debate y no recurras a la fácil opción de borrar los comentarios incómodos (salvo en los casos en los que se viola la norma del respeto hacia el otro).
ResponderEliminarTiene poco tiempo que encontré este blog, pero he adquirido el hábito de escuchar cada día una canción de la lista y leer el análisis correspondiente a la misma. Incluso he descargado ya las 105 canciones (y el texto entero de tu blog), aprovechando la libertad de elección y el poder que las tecnologías actuales por fin le dan a uno. Seguramente hay muchos visitantes de tu sitio que han hecho lo mismo.
Tu método para la elaboración de esta lista me parece acertado e inteligente, y de hecho siempre he buscado ejercicios como este (en temas variados como libros, autores, películas, directores de cine, discos…), en el que los gustos personales queden excluidos en provecho de la calidad. Y aun así toda lista estará siempre sujeta a pareceres y opiniones, como todo lo que atañe a los asuntos humanos. Dicho sencillamente: ninguna lista dejará contentos a todos. Pero siempre será preferible un análisis que tenga como principal método de estudio la calidad de lo analizado.
Como los demás no tengo idea de quién seas, pero en ti se cumple aquello de que “por sus frutos los conocerán”, y por ellos concluyo que eres experto en varias disciplinas artísticas, en música en general, y, claramente, en rock en particular. Por ello he pensado que eres la persona idónea para preguntarle algunas cosas y que me saques de dudas o que me des tu opinión autorizada sobre ellas.
1- Primero, de adolescente conocí el rock en español por toda aquella invasión que nos llegó de España y de Argentina. Fui fiel escucha de todos aquellos grupos, pero mi devoción se la di a los eternos Hombres G, y aunque ya sólo me liga a ellos la añoranza de días más felices sigo defendiendo que fue un grupo más importante y de mayor trascendencia que lo que muchos consideran. Y es que hasta la fecha los bandos se dividen entre los que prefieren a Soda Stereo y los que prefieren a Hombres G, y se afirma que los primeros tenían mayor calidad que los segundos, a los que se menosprecia casi como si estuviéramos hablando de Paulina Rubio. Yo defiendo lo contrario, y mi argumento es que en aquella época, a inicios de los 80s, saliendo apenas de la dictadura franquista, a España no se le habría podido pedir que produjera música de mayor calidad de todos modos, cuando lo que los jóvenes querían era simplemente explotar hacia cualquier parte, sin ningún rumbo fijo. Ellos quería experimentar la libertad creativa y cultural por primera vez, y la calidad musical o letrística los tenía sin cuidado en aquel momento. Al menos es así como me explico fenómenos como Los Toreros Muertos, Alaska y los Pegamoides, y muchas de las canciones más superficiales de los propios Hombres G (“Tomasa me persigue”, “Milagro en el Congo”, “La cagaste Burt Lancaster”…). También en el cine se dio el mismo fenómeno, y el mejor ejemplo que conozco es la película de Almodovar “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”, de 1980, que eleva a la irreverencia y a la escatología a niveles artísticos que no habrían sido posibles antes de aquel año. En resumen: ¿qué opinión tienes de Hombres G? Me aventuro a pensar que no son de tu gusto, pero ¿no te parece que su contexto histórico les otorga un punto a favor que quizá considerando únicamente su calidad artística podrían no merecer?
ResponderEliminarEstimado Anónimo (aprovecho de sugerirte que uses un nombre o apodo, para reconocerte entre otros, si lo deseas):
EliminarAnte todo, gracias por el interés y la valoración de mi trabajo analítico y crítico. En la PRESENTACIÓN de este blog específico la formación académica profesional en literatura y música que sustentan este trabajo (sin la cual nunca me hubiera atrevido a escribirlo), así como el método a utilizar, formado de los que han creado muchos autores. Paso, entonces, a la respuesta a tus preguntas, siguiendo tu numeración:
1. HOMBRES G. Lamentablemente debo partir desmintiendo tu afirmación de que la época prácticamente impedía una creación de canciones de calidad, y que la misma tenía a los músicos españoles “sin cuidado”. ¿Dónde quedan Serrat, Víctor Manuel, Patxi Andión y tantos trovadores? ¿Y dónde queda Sabina, o la Orquesta Mondragón, si hablamos del rock? Incluso, si vamos a hablar de pop contemporáneo a los Hombres G, ahí tienes a Mecano, que no dejaba de colar críticas y riquezas musicales, de arreglos y letrísticas, sin abandonar su esencia más comercial. El hecho de que varios músicos tuvieran que exiliarse para seguir creando libremente de forma crítica significa que quien decidió no hacerlo, y hacer carrera sin arriesgarse a buscar letras más logradas, tomó su decisión, es responsabilidad suya, no de la época. Me recuerda el argumento de los militares que obedecían órdenes asesinas en las dictaduras ¿Estaban obligados? Ciertamente, pero volver eso una excusa sólo desconoce el gran valor de quienes, bajo esa misma condición, igual no siguieron las órdenes, pagando las consecuencias, y los casos son célebres. Si el bajo nivel de los Hombres G se debe a lo que señalas (siguiendo tu tesis, porque yo no la comparto), ellos tomaron su decisión, y son responsables de ella, pero insisto, aceptársela como excusa no hace sino desconocer, entonces, el valor de los que se exiliaron con tal de seguir creando libremente, críticamente. Y en cuanto al cine, lo mismo te podría decir, por ejemplo, de Carlos Saura, quien siguió haciendo cine de calidad en dictadura. Pero aun si fuera cierta tu tesis (creo que totalmente benévola con los Hombres G, que sencillamente para mí eran intrínsecamente malos, sin que su época incidiera en ello), como ya he señalado reiteradamente, cuando se analiza la calidad de una obra, que es lo que se hace en estos blogs, pero que en realidad es lo que debería hacerse en toda crítica de cualquier rama del arte, los contextos históricos no inciden, pertenecen a aspectos externos a la obra, que pueden ser muy interesantes, pero que en nada cambian ni deben cambiar la valoración de los méritos y deméritos artísticos, que en el caso de las canciones, se encuentran en su letra, su música, su arreglo y su ejecución. Lo otro puede ser sociología, antropología, hasta filosofía, pero no análisis y crítica de la obra de arte. Por ello, no hay ningún “punto a favor” que pertenezca a lo externo a la obra misma, que pueda sumarse a la valoración artística de dicha obra.
2- He leído tus interesantes opiniones sobre Juan Gabriel que expresaste en la sección de comentarios de alguno de tus posts (no recuerdo cuál). Coincido contigo en todos los puntos, pero soy de los que, a pesar de todo, defienden el valor que el cantautor tiene entre el pueblo mexicano. Es verdad que sus letras son simples, directas y sin complicación alguna, pero ¿no son precisamente esas las características que hacen que toda persona, de toda clase y condición social, se pueda identificar con alguna o algunas de ellas en algún momento de su vida? Tal vez la manera correcta (si es que la hay) de ver a Juan Gabriel sea como un trovador moderno, a la manera de los de la Edad Media, que le canta a su pueblo en el idioma de su pueblo y sobre las cosas que vive y siente su pueblo, sin mayor rebuscamiento ni verborrea pseudo-intelectual. Digamos que Juan Gabriel componía y cantaba como podía, pero con eso fue suficiente para cautivar al pueblo latinoamericano. No hay hogar en el que no haya al menos un disco suyo ni mexicano que no pueda tararear al menos una de sus canciones (y generalmente mucho más de una). Mi pregunta es: ¿no le da validez esto a Juan Gabriel como un compositor imprescindible para comprender la historia musical de México? ¿No lo pone esto a la altura de los considerados grandes compositores mexicanos como Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Guty Cardenas y otros?
ResponderEliminar2. JUAN GABRIEL. Lo dicho antes aplica también para el caso de Juan Gabriel. Pero primero quiero tocar un punto: suele provocar especial urticaria en las personas con las que se debate el uso de ejemplos que se suelen llamar “extremos”. En una actitud un tanto falaz, pretenden descalificar este uso aduciendo que uno está comparando el todo, cuando lo que se hace es precisamente acotar a uno o algunos aspectos. Estos ejemplos, precisamente por ser extremos, sirven para dejar muy claro el punto que uno quiere exponer al utilizarlos, así que nunca se deben tomar como una analogía perfecta ampliada. Dicho todo esto, espero que se entienda el uso de algunos ejemplos extremos que voy a dar. El primero: se sabe que el jefe de la cámara de gas de uno de los principales campos de concentración nazi (no recuerdo cuál, lamentablemente), al volver a su casa por la tarde, después de haber asesinado a cientos de judíos, entraba a su casa por el patio trasero, dando toda una vuelta larga. ¿Sabes por qué? Para no despertar a su canario, a quien a esa hora habían entrado a la casa, y colocado junto a la puerta principal. No sé si alguien pueda atreverse a decir algo así como: “bueno, era un tipo monstruoso, pero hay que reconocer que, en el aspecto de amo de mascotas, era bueno, y eso hay que reconocerlo”. No sé a ti o a los lectores, pero a mí de hecho esta característica sólo sirve para resaltar más el grotesco nivel de patología del tipo, y en ningún caso podría hacer esa pretendida separación. Va el segundo ejemplo extremo: ¿qué queremos decir exactamente cuando hablamos de que alguien “es importante en la historia” de alguna disciplina? Si hablamos de la repercusión, del impacto y de las consecuencias de su existencia y en la de los otros, podríamos decir entonces que Hitler es un personaje muy importante en la Historia, lo mismo que cualquier magnicida que se te ocurra. Pero entonces dicha “importancia” no tiene nada que ver con lo valioso que sea el aporte del personaje. Pero si hablamos de la fama, o del amplio gusto que despierta en las masas, tampoco estamos hablando de la calidad, sino sólo de la popularidad, de las ventas. ¿Las ventas, lo que guste en la gente, la fama, están en relación directamente proporcional con la calidad? Creo que si así lo decimos, Justin Bieber es mejor que Rachmaninoff. ¿Te lo parece? Tú hablas de “valor”. ¿En qué sentido? Porque en la fama, la popularidad y el gusto de la gente, sobre todo con el bajísimo nivel educativo del tercer mundo, inciden la mercadotecnia, la payola, la ignorancia del escucha, el interés de los medios, estrategias políticas de estupidización (como ya he señalado en el caso de México) y muchos otros factores totalmente ajenos a la obra, y hasta al pretendido artista. Por eso, al poner ambos ejemplos extremos, quiero explicar que la “importancia” (ejemplo 2) o la “valoración en este sólo ámbito, dejando todo lo otro de lado” (ejemplo 1) caen en los factores externos, que no explican los méritos y deméritos de la obra en sí, es decir, letrísticos y musicales.
Eliminar(continuación)
EliminarPero aun hay otro punto: hablas de letras “directas”, “simples”, “sin complicación alguna”, como supuestos méritos para la identificación de la gente con las canciones (otro pretendido valor ajeno a la misma), y que eso volvería a Juan Gabriel un “trovador moderno” similar al juglar medieval, justo por usar el lenguaje del pueblo. Los ejemplos de José Alfredo, Lara o Guty Cárdenas no corren mucho, porque ellos sí que tienen un poco la justificación de una etapa en que la canción no era un medio artístico más allá de lo emocional (Juan Gabriel ya no la tiene). Pero hay un viejo proverbio de la ciencia, que dice: “la existencia de un solo cisne negro basta para probar que no todos son blancos”. ¿Por qué lo digo? Porque si quieres un verdadero trovador, de letras “directas”, “simples”, “sin tanta complicación”, “sin mayor rebuscamiento ni verborrea pseudo-intelectual” (lo crees defecto, parece), y que hasta son populares y la gente se identifica con sus canciones, que te parece tan importante, te tengo un ejemplo: Chava Flores. ¿Que es una excepción, y entonces no vale? Bueno, te pongo otro: Cri-Cri. ¿Sabes cuál es la diferencia entre ellos y Juan Gabriel? Que Chava y Gabilondo hacían canciones INTELIGENTES. Priorizaban una búsqueda en el contenido, en la originalidad, en el uso del lenguaje (revisa las canciones descriptivas y de albures de Chava) y hasta en la exploración de los ritmos y arreglos musicales del mundo (revisa el tango “Che Araña”, o la “Rusiana”, o el fox trot del “Negrito bailarín” de Gabilondo). ¿Qué tiene Juan Gabriel de eso? NADA. Pero ojo, Juan Gabriel poseía cierta honestidad emocional al componer, sin duda alguna, si lo comparamos con el trap o el reggaetón, que han reducido la armonía y la melodía al mínimo, y que graban sin usar incluso ni un solo instrumento real, pues usan la música como mero utensilio de ventas. Pero eso no tiene ningún peso en la valoración de la calidad de las canciones mismas. Chava Flores y Cri-Cri demuestran que Juan Gabriel no fue “lo que se podía ser”, sino lo que él decidió libremente ser. Si dicha decisión la tomó porque no daba para más, eso no es problema ni del analista crítico ni del escucha.
3- Mi tercera consideración (y última, lo prometo) es acerca de los Beatles. Mi pregunta es simple: en tu opinión, ¿es cierto que los Beatles están sobrevaluados, y que por tanto su propuesta musical y letrística es menos interesante de lo que se ha creído por décadas? He buscado con quién hablar sobre este tema, pero el mundo está lleno de beatlemaniacos fanáticos no dispuestos a escuchar opiniones que no se ajusten a las suyas propias. Yo he llegado a la conclusión de que a estas alturas ya es imposible formarse una opinión imparcial sobre ellos, porque uno prácticamente nace con la noción de que los Beatles “son la mejor banda de rock de la historia”, frase repetida como un credo por todo tipo de crítico musical, autorizado o no, y reforzada por la inclemente repetición de sus canciones con la que nos ha acribillado la radio comercial día tras día a lo largo de ya medio siglo. Con tal campaña publicitaria se puede lograr lo que se quiera, hasta hacer pasar al barro por oro. A mí me gusta el rock británico de los 60s, pero mis favoritos nunca han sido los Beatles sino los infravalorados Kinks (a quienes conocí por “recomendación” de Wim Wenders). No descarto que la mejor opinión que tengo sobre los Kinks por sobre los Beatles esté fundamentada en mi gusto personal, o en que por naturaleza nos sentimos inclinados a favorecer al débil por sobre el fuerte, pero trato de ser lo más imparcial posible cuando digo que a mí me parece mejor la propuesta de los Kinks que la de los otros. Su música es más melodiosa (“pegajosa”, o como se la quiera llamar) y las letras son más elaboradas y por lo general abordan la crítica social más que los clásicos temas de amor/desamor. Su obra maestra es indudablemente el álbum “The Vilage Green Preservation Society”, que me parece superior en calidad y en propuesta que el Álbum Blanco de sus rivales, del cual es contemporáneo. Es verdad que los Beatles innovaron en el aspecto técnico en la grabación de “Revolver”, pero a partir de ese álbum ya no se puede hablar de innovación sino de repetición (y hasta del abuso de una fórmula que alguna vez sí fue original). Estoy convencido de que los Beatles fueron lo que fueron y son lo que son hasta el día de hoy porque su nombre, la marca Beatle, pesa mucho e inclina la balanza de manera injusta. Su presencia desmedida ensombrece la propuesta de otros grupos que quizá fueron iguales o mejores que ellos. ¿Cuál es tu opinión sobre el asunto?
ResponderEliminar3. BEATLES. Sin duda el punto más apasionante para mí. Y esta vez, contario a lo usual, voy a partir por la conclusión: no sólo me parece una estupidez total decir que están sobrevalorados, sino que son, efectivamente, el mejor grupo de la historia. Ahora fundamentaré mi afirmación.
EliminarHace un tiempo leía (o escuchaba, no recuerdo, porque uno revisa tanto material que es difícil recordar esos datos) por qué la música ha tenido un declive en su calidad en los últimos tiempos, y el analista daba el siguiente argumento: si nos atenemos estrictamente a los números, el artista más importante de los 50’s fue Elvis Presley, y el de los 60’s, los Beatles. ¿En qué coinciden? En que ambos CAMBIARON la historia de la música. Y ojo, no a nivel de moda, costumbres, bailes, libertades sexuales, etc. (que también lo hicieron) sino estrictamente en lo musical. Elvis no creó el rock’n’roll, pero sí lo universalizó, lo que significó, además, que la juventud por primera vez en la historia tuvo una música propia (no como antes, cuando sencillamente oía la misma que sus padres). Además, su música extendió el uso de la guitarra eléctrica, modificó la lógica de los arreglos, consolidó el ritmo de 4/4, en lugar del 2/4 de las marchas y el ¾ de los valses, etc. Los Beatles expandieron el rock, y lo fusionaron con las armonías de la música clásica, incorporaron instrumentos orquestales, exóticos de otros países, exploraron escalas novedosas y los modos griegos, jugaron con otros ritmos, como el fox trot, dixieland, charleston, blues, folk, circense, hindú, music hall y cabaret (como en You know my name), pero todo fusionándolo con el rock, exploraron ritmos compuestos, cambios tonales, introdujeron por primera vez recursos de estudio, como cintas al revés, grabaciones de radio, efectos sonoros, objetos, collages sonoros, etc. Nada de eso se había usado a nivel tan profundo y trascendente. Pero, además, en su segunda etapa, comprendieron que las letras tenían importancia, y usaron el lenguaje al máximo, probaron escritura automática (como en I am the walrus), fusiones cercanas al cadáver exquisito surrealista (las dos partes de A day in the life y los potpurrís de Abbey Road, por ejemplo), arriesgaron figuras retóricas de índole muy compleja, metáforas, prosopopeyas y demás de alto vuelo, etc. Incluso comprendieron la importancia gráfica de las portadas, también como medio de expresión artística.
(continuación)
EliminarTodo esto impactó en los grupos y solistas siguientes, en la consolidación del rock progresivo, etc. Muchos de esos recursos que hoy parecen habituales fueron inaugurados por los Beatles. Y para mí lo más sorprendente: todo al mismo tiempo, de una canción a otra, de un álbum a otro, paseando de la balada tradicional al rock sinfónico, o al más pesado, o al blues, o al jugueteo rítmico, y de la poesía más osada a la canción de amor simple, la crítica social, el humor, el sarcasmo (Sexi Sadie, Piggies), etc. Lograron lo que ningún otro grupo ha conseguido: que algo tan complejamente variado sea unitario; que, a pesar de que una canción y la siguiente tengan abismos de diferencia en búsqueda, estilo, ritmo, lenguaje, etc., ambas suenen, sin confusión, a los Beatles. Hasta de mi segundo grupo favorito, Pink Floyd, tengo que reconocer que hay canciones que se parecen demasiado a otras. Hablas de los Kinks (que me encantan, por cierto), y eso mismo pasa con You really got me y All day an all the night. Pero salvo la primera etapa (y ni tanto, si uno analiza a fondo) con los Beatles eso casi nunca pasa, y esa riqueza, esa amplitud increíble, no la ha logrado ningún otro grupo (David Bowie lo intentó, y el resultado suena más disparejo que variado). Pero para entender todo esto, hay que hacer una revisión crítica a nivel de conocimiento profundo en armonía, melodía, modos, escalas, ritmos, arreglos, ejecución de instrumentos, etc. Penosamente, la mayoría de los críticos (y los que pretenden decir que están sobrevalorados lo ponen en total evidencia) no pueden opinar desde eso, porque carecen de esa formación. Y un mérito final, por si faltaba alguno: hay una prueba irrefutable de que, a diferencia de la música comercial (incluida Hombres G y Juan Gabriel), los Beatles siempre priorizaron la música: en la cúspide de su éxito, cuando podían seguir enriqueciéndose (que ya fueran ricos no impedía que pudiera proseguir la ambición, como podrá ver quien revise la biografía de cualquier empresario millonario) con conciertos y jiras (ortografía correcta, cortesía de Federico Arana), decidieron dejar eso, y volverse un grupo sólo de estudio, con sólo un par de apariciones especiales, televisivas, más el famoso concierto (que a la postre sería de despedida) en la azotea. Una auténtica lección de prioridades artísticas. Por todo esto reafirmo: son el mejor grupo de la historia.
Apéndice: a propósito, la reflexión final del crítico que señalaba que Elvis y Los Beatles cambiaron la historia de la música fue esta: siguiendo el mismo criterio, el artista más importante de los 70’s fue… Elton John. Más allá de si es bueno o no, ¿cambió la historia de la música? Ni de lejos. Y a partir de ahí, todo cambio (como hizo Michael Jackson o la disco en los 80’s) en la música se centró en aspectos externos a la armonía, la melodía, los arreglos, las letras y demás: si era o no bailable, la mercadotecnia, los nueva difusión de los videoclips de MTV, etc. El declive. Han existido algunos renacimientos, pero nunca al nivel de cambio de la historia de la música, como sí significaron Elvis (por otros motivos, más simples, por incipientes) y los Beatles. Los problemas que señalas, el peso de su presencia en los medios (ya ni tanto), el fanatismo de sus seguidores, etc., no se oponen a la calidad de la obra ni un ápice.
Muchos saludos, y gracias de nuevo.
Disculpa que esto haya sido tan largo. Yo he disfrutado escribiéndolo, pero me conformo con que a ti no te sea tan molesto leerlo. Tampoco pido respuestas elaboradas, porque no quiero abusar de tu tiempo. En cualquier caso aquí está mi participación para quien la quiera leer, coincida o no con mis puntos de vista.
ResponderEliminarSigue con tu importante labor de difusión del rock mexicano, aunque es una labor titánica en la que a NADIE le interesa colaborar. Los medios de comunicación masivos, y también las radios universitarias (¡vergüenza de ellas!), siguen haciendo oídos sordos ante nuestra propia herencia musical, tan sólo para favorecer propuestas extranjeras que de ningún modo son mejores que las nuestras. Para mí el desprecio con el que se trata a nuestra riqueza musical es una tragedia cultural; una tragedia además tristísima porque los causantes de ella somos nosotros mismos, sus poseedores, sus dueños, aquellos para quienes se produjo tal riqueza. Si de algo podríamos presumir los mexicanos ante el mundo y ante nosotros mismos es de nuestra vastísima herencia cultural, siendo la música parte fundamental de ella, pero en cambio la despreciamos con nuestra apatía y nuestra flojera de conocerla; parece que no fuéramos conscientes de que existe, de que es nuestra, y de que el trabajo ya está hecho y lo único que tenemos que hacer nosotros es desempolvarla, recuperarla y escucharla, y no por un afán nacionalista fuera de lugar, sino por respeto a nosotros mismos y a nuestros compositores (desde Guty Cárdenas hasta Jaime Moreno Villarreal, y sí, Juan Gabriel, que hacía lo que podía), y para desarrollar una sana autoestima.
Saludos.
Gracias por tus interesantes y elaboradas respuestas; valoro mucho que te hayas tomado el tiempo de considerar mis puntos de vista y responder a mis dudas.
ResponderEliminarTe doy la razón en todo, aunque mi amor propio se resienta un poco por tu consideración sobre los Hombres G, pero la honestidad me obliga a coincidir contigo (lo cual no quita que sean muy cercanos a mi corazón, por ser una parte tan importante de la etapa más feliz de mi vida. Y es que también, todo hay que decirlo, maduraron con el tiempo y sus discos más elaborados no son precisamente los que más pasan en el radio).
En cuanto a Juan Gabriel tal vez lo mejor sería estudiarlo como un fenómeno sociológico y cultural más bien que musical. A mí personalmente no me gusta su música, pero siempre estaré en el bando de los que lo defienden como un personaje importante en la cultura popular mexicana.
Tu análisis del asunto de los Beatles es el más inteligente que he leído sobre el tema. Como dije, en el círculo betlemaniaco (por lo menos en los medios habituales) las opiniones razonadas no abundan y todo se reduce a una devoción religiosa y a un fe ciega. Se agradece que hayas abordado el tema con la seriedad que merece y que hayas presentado argumentos sólidos e incontestables.
Saludos, y me despido diciendo rápidamente lo que me gusta en música y mis grupos favoritos, sólo para que tengas una idea menos difusa de mí ya que firmo con un ambiguo Anónimo:
Tengo 45 años. La música clásica es mi pasión absoluta, por encima de cualquier otro género. Mis compositores favoritos son Bach, Haydn y Schubert (Bruckner también).
Mis grupos favoritos, en inglés: Jethro Tull, The Kinks, Journey, Abba, America, y el primer Chicago.
De la música en español me gusta todo, siempre tratando de otorgar más valor a la calidad que a cualquier otro aspecto ajeno: desde Agustín Lara y El Trío Calaveras, pasando por Toña la Negra, Bola de Nieve, y Napoleón, hasta las propuestas más recientes. Y obviamente soy un celoso defensor del rock en nuestro idioma en general y particularmente del rock de nuestro país.
Saludos y gracias nuevamente.
Mil gracias a ti, especialmente por el respeto y la apertura a la disidencia, porque mira que escasea bastante. Ojalá sigas aportando tus comentarios en estos espacios.
ResponderEliminarSalud.
Ora Pingüino que buenos argumentos, hasta me voy a volar tu escrito sobre los Beatles, claro poniendo tu autoría, hablando de Beatles ya viste la película "Yesterday"?
ResponderEliminarMuy profunda y actualizan un buen la música del cuarteto, me emocione, saludos ave palmipeda.
Gracias, amigo Margarito, y disculpa la tardanza en responder, pero ya explicaré pronto los motivos de mi larga ausencia. Empecé a ver la película Yesterday, pero te confieso que no me gustó lo que veía, y al final la dejé 8era en cable). Saludos
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